Esperando respuestas

19.8K 1.6K 309
                                    

-¿Papá?

Estábamos desayunando casi todos juntos. Mi hermanito aún no se había levantado por ser sábado y apreciábamos lo suficiente las horas de tranquilidad que nos daba su sueño como para despertarlo más temprano. Creo que de no ser por mi mamá cada quien desayunaría a sus horas como ocurría durante semanas, pero le encantaba pasar ese tiempo en familia y cada fin de semana optaba por preparar algún desayuno especial.

-¿Sí? -no levantó la vista de sus panqueques.

-Ayer...

Ahí sí alzó la mirada.

-¿Ayer que llegaste tarde? -ofreció.

-Castiel... -mi mamá pronunció su nombre con suavidad, pero había cierta advertencia en su tono.

-No -volví a intentar hablar -ayer...

-¿Cuando estabas con tu novio? -me interrumpió de nuevo.

Lo miré algo desesperada y ahí noté la sonrisa burlona y divertida que se asomaba en sus labios e intentaba ocultar llevándose un bocado a los labios.

-¿Alguien quiere más panqueques? -preguntó mi mamá poniéndose de pie.

-Yo no , gracias -respondió mi hermana parándose también para irse.

-Todavía quedan unos cuantos, angelito -contestó mi papá.

-¡Hey! -la reprendió mi mamá -Si quiera lleva tu plato al lavatorio ¿no?

-Esto no es un hotel -la regañé yo también solo para fastidiarla, ditrayéndome un instante de lo que quería hablar con mi papá.

Ella puso los ojos en blanco ante mi comentario. Tras asegurarse rápidamente de que nuestros papás no lo notaran me hizo una mueca y me sacó el dedo medio. Reí por lo bajo y le saqué la lengua antes de mandarle un beso volado el que respondió con una sonrisa. Mi mamá se puso a lavar los platos ya vacíos y lo que había usado para preparar la masa. Yo regresé mi atención al tema que me interesaba.

-Ayer vino al colegio el antiguo director. El que era director cuando ustedes iban al colegio.

Me sorprendí de las reacciones instantáneas que conseguí de mis papás. Mi mamá se giró al segundo mirándome sorprendida. Luego su mirada pasó a mi papá. Él, tras abrir los ojos, incrédulo, había empezado a reír a carcajadas.

-¿Sigue vivo? -preguntó aún riendo.

Mi mamá se acercó al instante.

-¿Qué hacía él ahí? -inquirió con curiosidad secándose simultáneamente las manos con una toalla.

-Vino a repartir los premios... Ah... para todo esto, no les conté, me dieron un reconocimiento.

Ambos se apuraron en felicitarme y reprenderme un poco por no haberles contado antes.

-¿Qué le hiciste a ese hombre, pa? -pregunté sin rodeos, yendo directamente al grano.

Esta vez fue mi mamá la que empezó a reír.

-¿Yo? -mi papá fingió un tono de inocencia absoluta -Yo era un pan de Dios.

-Seguro -mi mamá seguía riendo, pero el sarcasmo de su voz se mantuvo evidente por encima de sus risas.

-¿Perdón? -pretendió ofenderse -¡Claro que sí!

-¿Quieres que te diga unas cuantas palabras? -ella alzó las cejas burlona, absolutamente divertida con la situación -estacionamiento, carro, alarma anti-incendios, petardillos, altoparlantes... ¿continúo?

The Real Good GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora