The Real Good Girl

Regreso a casa

-¿Es en serio?

Cerré los ojos con fuerza y me quedé helada en la puerta de mi cuarto al oír la voz de mi mamá. Era fácil distinguir que venía de la cocina y no me sorprendería si en realidad viniera de la lavandería que estaba conectada. 

-Simplemente no puedo creerlo.

Solté un suave quejido lamentándome no haber tenido tiempo de enjuagar mi ropa y que justo mi mamá hubiera decidido ir para allá. 

Llegando a casa me había ido directo a mi baño, había tomado una buena ducha y me había lavado el pelo. Ya en pijama dejé mi ropa también impregnada de olor a cigarro en la lavandería en vez de en la canasta de ropa sucia que mi hermana y yo teníamos en el baño. Como era tarde, la había dejado en la canasta que había ahí, lista para lavarla temprano al día siguiente. Por lo visto mi mamá ya la había encontrado. Si hubiera dicho que iba a una fiesta o algo por el estilo, no me habría traído ningún problema, ni siquiera preguntarían, confiaban en que yo no fumaría al menos sin decirles. Ahora pensaban que solo había visto a Logan. El punto es que sabía que si me preguntaban si había fumado o no, sería incapaz de mentirles.

Lentamente retrocedí un par de pasos. Si en vez de quedarme un rato leyendo en la sala hubiera lavado mi ropa, todo estaría bien. Maldito libro. De pronto las siguientes palabras de mi mamá me dejaron helada:

-Castiel, creí que lo habías dejado... -sonaba entre dolida y decepcionada.

 -No sé de qué me hablas.

-Huele esto.

Me asomé ligeramente a la cocina solo para poder dar un pequeño vistazo y vi como mi mamá le tendía a mi papá una casaca. Maldije por lo bajo. Otro pequeño error de mi parte: haber tratado de ocultar mi ropa con la casaca de mi papá. ¿Para qué diablos había tenido que entrar mi mamá a la lavandería? 

-No puedo decir que no es mío porque soy el único hombre adulto en esta casa... espero...

Mi mamá no pudo contener una risita.

-No te vengas con esas ahora -intentó estar seria -Pierre Ignacio vino de la nada a preguntarme quién había estado fumando.

-¿Qué hacía el peque en la lavandería?

"¡¿Qué hacían todos esta noche en la lavandería?!" me lamenté y quejé mentalmente. Mi mamá no dijo nada más antes de que mi papá volviera a hablar de manera que pude imaginar perfectamente su mirada inquisitoria.

-Angelito, hace más de dieciocho años que no fumo y lo sabes.

-Sabes que no lo que me molesta o incomoda no sería eso ¿no? Me daría pena, tu sabes cuánto me encantó que te comprometieras a eso por tu cuenta. Pero el punto es que esto huele a cigarro y tú me dices que no has fumado. ¿Estuviste con los chicos o algo así?

-Es que en serio no tengo idea. Ni siquiera recuerdo alguna persona en todo el día que pueda haber estado fumando cerca de mi el suficiente rato.

-No entiendo.

-Yo tampoco.

En ese momento no aguanté más y entré a la cocina.

-Ma, no te molestes con papá -solté de golpe.

-No estoy molesta con él... -me miró extrañada -Tu papá y yo estamos un poco confusos con un asunto, pero eso es todo.

-Creí que ya estarías durmiendo -añadió mi papá.

-Es mi ropa -les dije.

-¿Cómo?

-Es mi ropa la que huele a cigarro -admití -Fumé. Tampoco es tan grave.