Encuentro

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Ya había pasado un mes y medio desde que le habían confirmado a Hernán que tenía cáncer. Aún no lo habían operado y las quimioterapias ya habían empezado. Eran asquerosas. Mi tío ya había perdido varios kilos. La comida le asqueaba y los sabores se le habían desfigurado en consecuencia de los fuertes químicos. No había perdido el cabello, como le habían advertido que podía ocurrir y le encantaba tomárselo de la mejor forma. Aprovechaba para hacerse peinados rarísimos y locos y tomarse mil fotos. Melanie tenía un cuidado inigualable al desinfectar sus cubiertos y platos que eran especialmente separados. Se desvivía por conseguirle cosas como agua con vitaminas y minerales o salía a comprar de último minuto si es que a él de casualidad (y medio milagrosamente) se le antojaba comer algo. A parte de eso y que solía estar un poco más cansado de lo usual, trataban de seguir su vida normal lo mejor posible.

Ese día Logan y yo habíamos salido a pasear. En realidad habíamos coincidido en la mitad del camino entre nuestras casas. Los dos nos metimos en la misma pastelería que quedaba en una esquina a unas cuatro cuadras de mi apartamento. Yo estaba yendo a visitarlo y no quería llegar con las manos vacías. Él había decidido darme una sorpresa, tratar de animarme y llevarme un postrecito como un detalle. Divertidos por la coincidencia, terminamos comprando unos bizcochitos y nos dirigimos al malecón para pasear por ahí.

No hacía frío, más bien había una extraña combinación de sol y neblina que humedecía el ambiente de manera que no llegabas a tener calor. Era un lugar muy agradable para pasear tranquilamente. Quizás por eso mismo era uno de los favoritos de las parejas. Incluso en las noches, algunos, un poco más osados, pasaban el muro que daba al barranco y escondidos entre arbustos en las bajadas y pequeñas planicies tenían encuentros que muy probablemente serían multados. Caminamos un rato bromeando y haciendo chistes tontos y fastidiándonos mientras íbamos comiendo. 

-Hacía un tiempo que no la pasaba así de bien -no pude evitar comentar.

Eso nos trajo en mente la situación.

-¿Cómo anda? -preguntó tras unos instantes. 

No fue necesario que preguntara a quién se refería.

-Vivo -contesté con cierta amargura.

Logan me puso mala cara, como reprendiéndome por mi mal ánimo. Lo extraño es que de alguna manera, el asunto se había normalizado. Ya no me llamaba la atención todo lo relacionado al tratamiento de mi tío. Ya no sentía escalofríos a cada llamada al teléfono. Ya no me aterrorizaba cuando avisaban que habían ido a la clínica. Todo eso se había normalizado. Y sin embargo, solo cuando realmente lo pensaba o cuando hablaba con Logan me daba cuenta que seguía afectándome, que seguía generándome preocupación y dolor. Por otro lado, saber que podía sincerarme conmigo misma y con mis sentimientos con él y gracias a él era maravilloso.

-Anda bien. Su última gracia es quejarse del sabor de un suplemento especial que le consiguió Melanie. Absolutamente todo lo desagradable o malo ahora lleva el nombre del suplemento. No recuerdo su nombre. Digamos que es "X". Stefano se saca mala nota, Hernán exclama "¡Qué X! Estoy decepcionado. Esperaba más de ti." Se reencuentra con alguien que no le cae "Pero que X es esa persona". Y no solo se ha vuelto adjetivo. Ahora también es verbo. Hacer algo malo -por decirlo así- es "Xseante" -intenté conjugar con el ejemplo que había dado.

Logan rió divertido.

-Tu tío es un ejemplo a seguir. Créeme, esos buenos ánimos, ganas de vivir y esa manera de tratar de llevar todo de la mejor forma posible lo van a ayudar un montón.

-¿Sabes algo? -le dije tras meditar unos segundos sus palabras -Creo que tienes mucha razón.

Él me regaló una sonrisa y me tomó de la mano, entrelazando nuestros dedos. Seguimos caminando en silencio, cada uno en sus propios pensamientos. De pronto escuché que se le escapaba una risita incrédula. Alcé la mirada hacia él, esperando que me aclarara qué ocurría. Él ya había apartado la vista de lo que le había causado gracia, pero sonreía con picardía.

The Real Good GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora