-¿No te puedes quedar un poco más?
Logan me miró directamente a los ojos mientras acariciaba la piel de mi cintura generándome pequeños escalofríos. Estaba sentada a horcajadas sobre él en el asiento trasero de su carro en algún lugar medio perdido de la ciudad.
A veces, en vez de planear una salida solamente nos subíamos y él escogía algún destino algo apartado para tener un momento solo para nosotros. La mayoría de veces aprovechábamos para conversar por horas ininterrupidamente.
-Sabes que no -ladeé la cabeza acomodando todo mi cabello hacia un lado e inclinándome para depositar unos pequeños besos en su cuello mientras añadía -y sabes que no es por decisión mía.
-¿A qué hora quiere tu papá que estés de vuelta?
-Si por él fuera, estaría en mi cama a las diez. Tengo que estar allá a las doce.
-Tenemos un ratito más -susurró abrazándome y cogiéndome de la nuca para acercarme y besarme.
Me dejé llevar y le seguí el beso unos segundos antes de lograr reaccionar.
-Logan, necesitas por lo menos veinte minutos para estar ahí a la hora. Y eso con suerte.
-Por eso digo que aún tenemos un tiempo -sonrió provocadoramente.
Me mordí el labio, terriblemente tentada de morder el suyo en vez.
-Tú, deberías ponerte tu polo, señorito indecente -bromeé.
-¿Indecente yo? ¿Tengo que recordarte que prácticamente me lo arrancaste?
-¡Qué mentira! -protesté entre risas.
-¿Que no? -alzó las cejas, burlándose de mi.
-No es mi culpa que estés tan bueno -mascullé por lo bajo.
-¿Cómo? -su sonrisa burlona era única -Me pareció escuchar algo.
-Yo no he dicho nada -me apuré a replicar.
-Bueno, si quieres hablar de indecencia deberías mirarte.
-Calla.
Me giré y vi que su polo estaba sobre la palanca de cambios. Intenté alcanzarlo, pero él me tenía sujetada y no llegaba. Volteé para lanzarle una mirada molesta. Él entendió el mensaje y relajó su abrazo con una sonrisa traviesa.
-Tu polo está en el piso -me indicó.
-Tienes el cierre del pantalón abierto.
-Tú... -echó una ojeada -no...
-Eso ya lo sabías -puse los ojos en blanco.
Ambos nos vestimos rápidamente y nos revisamos mutuamente.
-Estás despeinado -señalé.
-Arréglate el cabello -hizo lo mismo exactamente a la vez.
Intercambiamos una sonrisa.
-¿Ahora sí? -pregunté.
-Lamentablemente, muy decente.
-Eres un tarado -reí.
Logan se encogió de hombros y tomándome de la nuca me atrajo hacia él para besarme.
-¿Te das cuenta que así empezamos? -murmuré sin dejar de devolverle el beso.
-Yo sé -retrocedió un poco y me miró directamente a los ojos.
Nos quedamos unos momentos mirándonos, con las frentes apoyadas.
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The Real Good Girl
Teen FictionSecuela de The Real Bad Boy Tener a mi hermano mayor como hermano mayor no era fácil. No tanto por tratar con él, desde chico había aprendido a hacer eso. Es complicado ser alguien si te conocen como "el hermano de...". Ser el hermano de Castiel no...