The Real Good Girl

Noche de dos

La primera noche que pasé con Logan fue realmente especial. Lo curioso es que lo que más recordaba eran sus palabras tiernas y el dormir juntos después. Aún así, si me ponía a recordar, sentía que no dejaba ningún detalle escapar. 

No era la primera vez que íbamos a un hotel, pero en las veces anteriores ni siquiera habíamos ido con esa atención. Solo habíamos buscado un refugio donde estar cómodos, sin la tensión de que en cualquier momento pudiera aparecer alguien. Poder estar echados, abrazados, besarnos sin saltar unos dos metros para alejarnos a cada ruidito que oyéramos. Lo único que no estoy segura es de si antes de ir ese día yo sabría lo que pasaría. Sospecho que sí.

Era un hotel chico pero realmente precioso. Aunque hubiéramos ido a otros antes no podía evitar ponerme nerviosa mientras nos registrábamos. Todo eso quedó olvidado en cuanto tomó mi mano y entrelazó sus dedos con los míos. Ni bien salimos del ascensor en el piso que nos correspondía volví a sentir total calma y hasta ganas de ponerme juguetona.

-Conozco esa mirada -susurró él.

Podría jurar que veía las ganas en sus ojos.

-¿Ah sí? -sonreí con coquetería mientras retrocedía lentamente.

-Ven acá.

Sentí un escalofrío recorrer por toda mi espalda. Tardé unos segundos en reaccionar porque mi mirada se había quedado en sus labios, contemplándolos con ansias.

-Atrápame -sonreí y salí corriendo por el pasillo rogando mentalmente no haberme equivocado de dirección.

Su desconcierto me dio una pequeña ventaja, pero la perdí totalmente cuando intenté abrir la puerta del cuarto. A duras penas logré girar para encararlo cuando me acorraló contra la puerta.

-¿Vas a huir? -murmuró rozando con sus labios mi oreja.

Aunque no podía verla, podía perfectamente sentir su sonrisa entre burlona y traviesa. Sus labios recorrieron un trazo excesivamente tentador bajando por mi cuello hasta mi clavícula.

-A menos que me convenzas de lo contrario -repliqué.

Él pareció encantado con mi respuesta. Aún acorralándome, me quitó la llave y se encargó de abrir la puerta. Yo sonreí y entré. En el momento en que me di la vuelta, él me dio un golpecito juguetón en el trasero. Se me escapó un gritito y él rió mientras entraba, cerrando la puerta detrás de sí.

-Veamos si puedo convencerte.

-Intenta.

No necesité decirlo dos veces. Al instante me tomó en sus brazos y sus labios se apoderaron de los míos. Respondí el beso sin poder evitarlo, dejándome llevar totalmente. Acaricié su espalda y brazos fascinada como si fuera la primera vez que lo acariciaba. No podía evitarlo. Me encantaba. No tardé en enterrar mis dedos en su cabello. Sus labios dejaron los míos y empezó a bajar por mi mentón. Esta vez no se detuvo al terminar mi cuello. Yo luchaba por contener los pequeños gemidos que sentía nacer en mi garganta. Cuando me di cuenta me estaba quitando el polo. Ni llegué a ver dónde caía porque Logan comenzó a besarme justo al borde del sostén y olvidé otra cosa que no fuera sus labios y su lengua contra mi piel y el que me empezaran a temblar las piernas. Retrocedimos hasta que terminé dejándome caer de espaldas en la cama. Él me abrazó por la cintura y me levantó acomodándome y no tardando en acomodarse encima.

-Eres tan hermosa...

No pude evitar poner los ojos en blanco.

-Me fascinas. Me tienes loco.

No pude evitar estremecerme ante sus palabras. Sentí un ardor en todo el cuerpo y una especie de necesidad de él que no dejaba de aumentar. Me moví un poco debajo suyo, algo impaciente.