Anuncios

6.9K 485 140
                                    

Mi hermana y yo nos habíamos mirado extrañadas cuando mi tío Hernán se había pasado a recogernos del colegio. Era imposible que olvidara ese día. Yo acababa de cumplir catorce hacía una semana. Mi hermana ya tenía doce. Al instantes las miradas desconfiadas se habían convertido en entusiastas y habían aparecido las sonrisas. Corrimos a su encuentro.

-¿Cómo están mis princesas favoritas? -nos saludó con su característica sonrisa alegre.

-Yo creo que a mi tía Melanie no le va a gustar mucho eso... -contesté algo burlona.

-Ella es mi reina -replicó.

-Tú a veces le dices a mi mamá que es una reina -dijo mi hermana.

Mi tío pareció pensarla un poco mientras cogía nuestras mochilas y nos empezábamos a encaminar a su carro.

-Y creo que a mi papá no le va a gustar mucho eso...-añadí en el mismo tono.

Mi hermana rió.

-Tu mamá es reina, pero no mía. Es de ustedes. Es como la reina de Inglaterra... es reina, pero no es mi reina porque no soy de su país.

-¿Nos has venido a recoger tú porque vamos a ir a tu casa? -preguntó con entusiasmo mi hermana.

-¿Vamos a ir a jugar? -palmeé emocionada.

-No, no, sorry, chicas, las llevo a su casa.

-¿Por qué no vino mi mamá a recogernos?-preguntó de pronto mi hermana.

Hernán no contestó y nos puso los cinturones de seguridad.

-¿Estuvo vomitando de nuevo? -inquirí.

Ambas nos habíamos puesto tensas. Mi mamá había estado algo nauseosa las últimas semanas y a veces se mareaba un poco. Había tratado de disimularlo, quizás lo había logrado en general, pero nosotras lo habíamos notado en unas cuantas ocasiones y eso ya había sido suficiente. Mi tío puso en marcha el carro y prendió la radio. Tardó unos segundos buscando una emisora y finalmente optó por poner el disco favorito de Stefano. Solo y únicamente cuando el auto ya estaba en marcha rumbo a nuestra casa contestó.

-No, no ha vomitado de nuevo, chicas. Sus papás quisieron pasar un rato juntos en el almuerzo y me pidieron el favor.

Nos quedamos en silencio unos instantes.

-Entonces... tú sabías que había estado vomitando -le dije.

Mi tío me miró por el espejo del retrovisor.

-Algo me comentó su papá. No se preocupen. Si pasara algo grave ya les habrían dicho. O yo ya se los habría dicho.

Mi tío tenía varios talentos. Entre ellos definitivamente estaban distraer y hacer reír a la gente. Para cuando llegamos al departamento hasta nos habíamos olvidado de no era común que fuera él el que nos llevara a casa. Mis dos papás nos esperaban en la sala.

-Chicas, necesitamos hablar con ustedes.

-¿Realmente necesario? -me quejé un poco.

-Quiero comer algo -mi hermana hizo un puchero.

-Su papá y yo queremos contarles algo importante.

Ahí fue cuando recordamos lo hablado en el carro. Ahí fue también cuando noté que mi mamá estaba algo nerviosa. Asentí en silencio. De pronto empecé a pensar que quizás era algo grave.

-¿Están todos bien?

-Sí, cariño, no es eso -contestó mi papá.

-¿Le pasa algo a ustedes?

The Real Good GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora