Axel llevaba más de quince minutos siguiendo a su hermana menor, Isabella y la muchacha iba tan concentrada en sus pensamientos que ni se percató de su presencia. Desde el momento en el que Bella salió de casa, supo que algo estaba tramando y ver como dejó pasar el transporte público que la llevaría hasta la casa de su amigo, lo confirmó. Prácticamente corrió para seguirle el paso ya que apresuró su andar de un momento a otro, pero por el camino que había tomado supo exactamente hacia donde se dirigía y no le estaba agradando en lo absoluto ya que cerca de donde se encontraba había una casa bastante conocida por todos debido a su mala fama. Era una casa de damas de compañía.
Algunas chicas de la ciudad acudían a ella cuando ocupaban algo de dinero extra para lo que fuese, la misma Axel tenía varias conocidas que le habían contado de sus experiencias en ese sitio; escuchó tanto historias buenas como terribles.
Si su hermana se atrevía a ir a ese lugar ella misma la sacaría a pellizcos.
Cuando llegó a las afueras de la casa, el portón principal estaba cerrado.
— Hola —sacudió ambas manos al aire al ver a un hombre completamente vestido de negro pasarse por el lugar—. Señor, ¿podría ayudarme?
— ¿Qué quieres, niña? —el sujeto parecía irritado al verla junto al portón.
— ¿Ha entrado aquí chica más o menos de mi contextura, cabello oscuro, liso, de ojos grises, delgada...?
— ¿Te estás refiriendo a la chica nueva? —la sonrisa lasciva que apareció en la boca de ese hombre la hizo rechinar los dientes debido al enojo.
— ¿A qué se refiere con "la nueva"? —respondió ella con otra pregunta, luego de respirar con profundidad para controlar su temperamento.
— Mira, no tengo porque explicarte nada, vete de aquí si no quieres que llame a los de seguridad para que te hagan desaparecer.
Axel, quién de por sí ya se encontraba molesta, perdió la compostura por unos segundos.
— Señor, esa niña que acaba de entrar aquí es mi hermana —se agarró con demasiada fuerza al portón mientras le gritaba, sin importarle las personas que pasaban en la acera contraria. Nadie la iba a mover de ese sitio hasta que la llevaran con Bella—, es menor de edad así que si no quiere que llame a la policía por estar tratando con menores, será mejor que me deje entrar e ir por ella ahora mismo.
El hombre, inmediatamente levantó un radio que tenía colgando en el bolsillo trasero del pantalón y habló por un largo rato, mientras le daba la espalda.
Estaba furiosa, pero al mismo tiempo sentía miedo y decepción. Su hermana no podía estar pensando que servir de acompañante para hombres que ni conocía y no tenía ni la menor idea de lo que podían hacer con ella.Desde que su padre había muerto seis meses atrás se habían visto un poco mal económicamente, pero se las habían arreglado bastante bien gracias a su trabajo de medio tiempo, al trabajo de su hermano mayor Billy, al de su madre y la ayuda de todos los miembros de la iglesia, incluyendo a su prometido Kevin.
Su prometido, todavía esa palabra la llenaban de nerviosismo Conocía a Kevin desde que estaba en pañales tal vez. Su padre también era un pastor de otra congregación vecina y ambas familias siempre fueron buenos amigos y por lo consiguiente ellos pasaban mucho tiempo. Él era su mejor amigo desde siempre y cuando le pidió matrimonio dos meses atrás y ella no dudó ni un segundo en responder con un grandioso "si".
— ¿Qué quieres?
Esa voz la sacó de su ensoñación y prestó atención a su entorno nuevamente.
Un hombre muy alto de piel oscura, calvo y malhumorado la estaba viendo desde el otro lado del portón. Por un segundo le recordó a Samuel L Jackson.
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Quédate a mi Lado✔ (Parte I)
RomanceAxel Alwood, siempre tan correcta y velando por el bienestar de todos se ve envuelta en una situación en la que sus principios y todo en lo que ella creía, serían puestos a prueba al intentar librar a su hermana de una de las peores situaciones en...