Gracias a Dios supo disimular su expresión cuando vio a esa mujer desnuda sobre la cama, cubierta por la sabana con la que ella se había protegido del frío la noche anterior.
— Dominic no te podrá atender en este momento —Elsa se sentó en la cama y comenzó a buscar su ropa que estaba esparcida por todas partes—. Al parecer ya eligió e hizo bien su elección, ¿no crees?
Axel la ignoró y al ruido de la ducha del baño y fue a tomar sus artículos de trabajo que estaban justo donde ella los había dejado antes de caer como una idiota ante las palabras de Dominic e intentó relajarse.
No estaba celosa, no tenía por qué estarlo, pero si se sentía molesta. Molesta por ver a esa mujer en ese cuarto, por saber que Dominic estaba con ella y consigo misma por estar molesta.
— No vuelvas a engañarlo, él merece algo mejor que eso —fue lo único capaz de decirle. ¿Qué derecho tenía ella de decir algo más? Ninguno, Dominic no era nada suyo
Salió del cuarto sin molestarse en cerrar las puertas, pero apresuró el paso al sentir un gran nudo en la garganta.
"No te atrevas a llorar, Axel", se regañó a sí misma. "No debes llorar por esto. No vale la pena"
— Hola, señorita Axel... ¿Qué pasó? —Richard no le permitió pasar cuando vio que ella no le respondió y su mirada fue directo a la habitación de su hermano.
— No entres ahí. Tu hermano está algo ocupado —la voz se le quebró en el peor momento.
Richard no hizo caso de lo que ella dijo.
— Ven conmigo —el hombre la hizo caminar de regreso por el pasillo hasta la habitación de Dominic.
— No, yo no quiero. Esto no es asunto mío —Axel iba forcejeando inútilmente.
Richard entró a la habitación y Elsa ya estaba vistiéndose.
— ¿Qué diablos estás haciendo aquí Elsa? —gritó Richard.
La puerta del baño se abrió y Dominic se quedó asustado de verlos ahí a todos.
— ¿Qué está pasando aquí? —pidió saber de inmediato. Su mirada fue directa a la de Axel, quien estaba muerta de vergüenza por semejante escena.
— ¿Idiota, acaso volviste a invitar a esta arpía a tu cama? —Richard se cruzó de brazos y le ofreció una mirada severa a su hermano menor.
— ¿De qué diablos estás hablando? —respondió el hombre con otra pregunta.
— Axel y yo entramos aquí y esta mujer estaba desnuda —mintió Richard con descaro.
— ¿Elsa qué demonios hacías aquí? —Dominic se acercó a Elsa y cubrió las partes que aún seguían desnudas.
— Yo te amo, Dom —Elsa lloró mientras sostenía las manos de Dominic—. Y sé que tú me amas también, mi amor.
— Es mejor que te vayas de esta casa —ordenó Dominic. Estaba furioso.
— ¿Estás así por esta chiquilla? —Elsa volvió a ver a Axel con desdén
— Estoy así porque me engañaste con mi mejor amigo, en nuestra casa, en nuestra noche de compromiso —la voz de Dominic falló un poco al final de la frase.
Axel se quedó con la boca abierta. Eso si que no se lo habían dicho.
Dominic había estado comprometido con la reina de hielo y esta le había sido infiel en su fiesta de compromiso. Si no lo hubiera escuchado por boca de él, jamás lo hubiese creído si alguien más se lo contara.
Elsa estaba furiosa, eso se notaba y lo confirmó cuando se acercó a ella y le pegó tal bofetada que le dejó la mejilla ardiendo.
Axel estaba empezando a cansarse de que todos creyeran que cualquiera podía golpearla así por sí, solo porque se vea como una chica débil y frágil.
En el mismo momento en el que Elsa la bofeteó, ella le devolvió el golpe con la misma fuerza.
— No te atrevas a tocarme de nuevo porque sé defenderme muy bien yo sola.
— Quiero que te vayas de mi casa —le ordenó Dominic a Elsa—. Si Carter quiere que estés con él, que de igual manera que se vaya.
— Dom, por favor... —le pidió la mujer llorando.
Axel estaba acostumbrada a ver varios tipos de llanto ya que sus padres —ahora solo su madre—, manejaban relaciones con distintos tipos de personas, las cuales algunos solo lloraban por enojo, otros por resentimiento y otros realmente porque estaban muy mal. Reconoció de inmediato cual era el tipo de llanto de Elsa. Ese llanto era real. Ella en verdad estaba dolida.
— Lárgate de mi casa —le volvió a gritar Dominic— -, o me veré obligado a sacarte yo mismo de aquí y no será de forma amable.
— Esto es tu culpa —el odio en las palabras de Elsa era evidente.
Axel sabía que no tenía nada que ver en ese enredo, así que no dijo nada y esperó a que ella se marchara.
— Creo que ya hice mi trabajo aquí —dijo Richard, totalmente satisfecho—. ¿Así de fuerte le pegaste a mi hermanito? —le preguntó sonriendo ampliamente.
Dominic disimuló una sonrisa.
— Más o menos —Axel no pudo ocultar la risa que se escapó de su boca.
— Eres mi heroína —Richard besó la mejilla que Elsa le había golpeado.
— Vete tú también —Dominic echó de la habitación a Richard.
— De acuerdo, ya me voy. No te pongas celoso —lo acusó su hermano mientras salía de la habitación.
Ambos quedaron solos y Axel no supo qué hacer ni que decir con respecto a lo que se había enterado. Era claro que todavía le dolía el tema.
Dominic se le acercó y acarició su mejilla bofeteada. Tenía la mano helada y eso fue un gran alivio. Axel cerró los ojos porque le gustaba la sensación de la mano de él sobre su cara adolorida, tocó sus labios con la yema de los dedos y Axel creyó que se derretiría.
Quería que la besara nuevamente, quería volver a sentir lo mismo que había sentido hacia rato cuando se besaron en el closet.
— Jackman vendrá a ayudarte con tu trabajo en un momento, será mejor que estés lista para recibirla —susurró él, devolviéndola de regreso a la realidad.
— No era necesario que hicieras eso —se aclaró la garganta para recobrar la compostura.
— Debes dejar que los demás hagan cosas por ti. No solo tú puedes ofrecer cosas por los demás —se burló él.
— De acuerdo. Gracias —dijo entonces.
— Y deja de agradecer tanto —le pidió, mientras se quitaba la toalla y quedaba completamente desnudo delante de ella.
Axel no pudo hacer otra cosa más que observar la desnudez de ese hombre.
Tenía un cuerpo del tipo de hombres que solo se veían en las películas de luchadores o de acción. Se notaba que se esforzaba bastante en mantener esa figura. Y tenía una masculinidad notable. Axel no podía apartar la mirada de ese punto.
¿Qué diablos le estaba pensando?
Se giró violentamente para ver a otra parte y que de esa manera Dominic no viera el rojo carmesí que pintaban sus mejillas en ese momento.
Se fijó en el suelo y vio un papel roto y se acercó para ver que era.
Cuando recogió varios pedazos de papel roto, vio que era la foto de su familia.
Sintió como la ira se apoderó de ella en cuestión de segundos, el cuero cabelludo le picaba y la cabeza le dolía.
Esa bruja no se iría de ahí sin saber quién era en verdad Axel Rose Alwood.
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Quédate a mi Lado✔ (Parte I)
RomanceAxel Alwood, siempre tan correcta y velando por el bienestar de todos se ve envuelta en una situación en la que sus principios y todo en lo que ella creía, serían puestos a prueba al intentar librar a su hermana de una de las peores situaciones en...