Capítulo 27

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Axel dudó en si debía tocar la puerta de la habitación de su "compañero" ya que estaba temblando debido a los nervios y al enojo.

Cuatro horas atrás había recibido la llamada de la doctora, diciéndole que los resultados de sangre estaban listos y que debía ir a su consulta de inmediato.

Por unos segundos temió que fuese a darle la noticia de que estaba embarazada, pero cuando la médica descartó eso de inmediato sintió un alivio inmenso.

— ¿Qué dieron los resultados, entonces? —preguntó, llena de curiosidad.

— Los resultados no mostraron nada anormal en tu sistema, Axel, lo cual nos lleva a deducir que pudo ser una convulsión como cualquier otra. Pero hay algo que me hace pensar que pudiste ingerir algo a lo que tu sistema tuvo una fuerte reacción debido a tu medicación, a lo cual aún estás teniendo secuelas por ello.

La chica meditó cada palabra que la doctora había pronunciado y trató de recordar algo que hubiese estado fuera de lo normal ese día que sus malestares iniciaran. Había sido un día común y corriente, había hecho lo habitual, lo había comido nada nuevo ni extraño y tampoco había bebido nada que no fuese algún refresco o agua.

¿Qué había ingerido en especial ese día?

— No logro recordar nada fuera de lo normal —resopló con frustración y se masajeo la sien.

— Me comentaste que ese día no estuviste sola, que fuiste a casa de un compañero. ¿Comiste o bebiste algo en ese lugar?

La pregunta de Ana la hizo recordar con claridad esa tarde tan incómoda que pasó con Mario —quien por cierto no había vuelto a ver en la universidad desde hacía un par de semanas atrás—. El chico estuvo insistente ese día, ofreciéndole comida, bocadillos, refrescos, hasta que ella accedió a beber agua para que la dejara en paz. Puede que el hombre se comportará de esa forma por ser servicial o quedar bien con ella, pero ahora que la doctora sembraba esa pequeña duda en ella, un mal pensamiento se cruzó por su cabeza.

— Ese día después de tener la convulsión, cuando desperté, recuerdo que estuve con la vista borrosa, mareada en sobremanera, estaba en la cama de él y estaba descalza —confesó, sintiéndose avergonzada. Eso no se lo había dicho ni siquiera a Christina para que no fuese a contárselo a Dominic —. Puede que yo misma en el momento de la convulsión me haya desprendido de ellos, pero si me pareció algo extraño.

— Por lo que hemos hablado anteriormente, me has dicho que luego de una crisis, regularmente sientes que todo está fuera de su orden, que es como un rompecabezas que debes ir armando para volver en si nuevamente. ¿Ese día, después de la crisis te sentiste en ese estado?

Axel no tardó ni un segundo antes de responder. Recordaba cómo se había sentido con exactitud ese día, aunque ya había pasado un mes desde eso.

- No, me sentí algo desubicada, con muchas ganas de vomitar, pero no sentía dolor en ninguna parte del cuerpo, más bien sentía que mi cuerpo no me pertenecía a mí, parecía que estaba flotando e incluso Dom me comentó que tenía las pupilas dilatadas.

La doctora se inclinó sobre su asiento y frunció el ceño, la curiosidad era evidente en sus ojos azules.

— ¿Pupilas dilatadas? —preguntó, pero no precisamente a ella, sino que estaba hablando consigo misma—. Axel, ¿has hablado de esto ya con Dominic?

— No, aún no, primero quería saber que daban los resultados de los exámenes, pero no creo que haya mucho que contar dado a que no salió nada extraño ni diferente a lo que ya sabemos.

La doctora se levantó de su silla y se dirigió hasta la puerta de su consultorio y le ordenó algo a su secretaria que Axel no comprendió.

— Axel, te haré una pregunta más personal —la chica asintió con la cabeza, aprobando lo que estaba pidiendo la mujer—. ¿Confías en ese amigo tuyo con el que estuviste ese día?

Quédate a mi Lado✔ (Parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora