Capítulo 23

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Axel iba en el auto en compañía de Tom y Dominic, camino a casa de su madre, quien los había invitado a cenar luego de pasar casi dos semanas sin ver a su hija y sentía una extraña sensación en la boca del estómago al llevar a Dom, "el señor de lo tengo absolutamente todo en este mundo" a su casa, que no era para nada comparada con su mansión. Es más, la casa de Izzi —la cachorra de Stanford de Dom—, era más grande y con más lujos que la casa de la familia de Axel.

— ¿Sientes vergüenza de mí, Axel? —bromeó Dom al ver lo nerviosa que estaba.

— Un poco nada más —le siguió ella el juego—. No sé si sabrás comportarte acorde a la ocasión.

— ¿Temes que me comporte como un salvaje y quiera hacerte el amor frente a tu familia? –le susurró en la oreja.

— ¡Cállate! —gritó ella, poniéndose absolutamente roja debido a la vergüenza, al percatarse de que Tom estaba escuchando.

Dominic se carcajeó al ver su expresión durante todo el camino mientras ella lo regañaba.

Llevaba casi dos meses viviendo junto a Dominic y aun le costaba demasiado trabajo acostumbrarse a su sentido del humor y su forma tan abierta al expresarse de ciertos temas que a ella todavía le costaba trabajo siquiera mencionar delante de él o de Christina.

Tom aparcó el auto justo frente a la casa de la joven y esta no había notado cuanto había añorado esa pequeña casa durante esos dos meses. ¿Cuándo habían decorado la casa con todas las luces de navidad? ¿Y por qué no la habían llamado a ella para ayudarles? En casa de Dominic habían puesto un enorme árbol en el jardín principal y estaba decorado con centenas de bombillas de colores y dentro de la casa, solamente la habitación que compartían ellos dos estaba con guirnaldas y demás decoraciones festivas.

Deseaba ver a su madre con todas sus ansías, abrazarla y decirle cuanto la quería, al igual que a Bella y Billy. Esas fechas eran muy especiales para ellos.

Todas las luces de la casa estaban encendidas y Axel imaginó a su madre dándole órdenes a sus hermanos para que acomodaran cada pequeño objeto de la casa para que quedara en perfecto orden.

Salió del auto con la ayuda de Dom y antes de llegar a la puerta, Billy salió a recibirlos.

Axel sonrió abiertamente al ver a su hermano mayor y corrió a abrazarlo.

— Oh, Rose —Billy la levantó del suelo y le dio vueltas como si fuese una niña pequeña—. Me has hecho mucha falta, pareciera que no te he visto en años.

— Yo también los he extrañado a todos —coincidió Axel, acomodándose los pliegues de la falda del vestido.

Dominic se posicionó junto a ella y ambos hombres se saludaron con cordialidad.

Los tres ingresaron a la casa y la chica se fijó en la expresión de Dom al ver su pequeña morada.

Era una casa pequeña con casi todos los cuartos uno contiguo al otro, no había grandes divisiones que separaban cada habitación como en la mansión de Dominic ni escaleras a un segundo piso. Todo estaba bien posicionado en una sola planta y ella adoraba eso. Los muebles de un verde musgo, viejos pero muy bien arreglados, el mueble negro pegado contra la pared en el que estaban el tocadiscos de sus padres, la televisión con un inmenso cajón por detrás —su madre jamás permitió que se gastara dinero en un televisor de plasma. Decía que se vería exactamente lo mismo en el aparato viejo como en el nuevo—, el reproductor de vídeo en donde Bella gastaba horas poniendo películas románticas de todo tipo, las fotografías de toda su familia en portarretratos de antaño que reposaban sobre los tapetes de lana que su abuela había tejido muchísimos años atrás.

Quédate a mi Lado✔ (Parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora