Axel abrió los ojos con pesadez cuando la alarma sonó. Se apresuró a apagar el aparto para no despertar a Dominic, quien dormía plácidamente boca abajo a un lado de ella.
Se levantó de la cama y pudo ver la prueba de que lo que había pasado la noche anterior fue real y no un sueño. La sabana estaba manchada en una pequeña porción de un líquido color carmesí ya seco.
Quiso quitar la sabana por vergüenza, pero para quitarla debía levantar a Dominic y no quería que se despertara aún, no sentía ninguna culpa por lo que había hecho, pero deseaba un tiempo a solas para pensar en las consecuencias que eso arrastraría a largo plazo con ella y sabía que con Dom presente y con su mirada clavada sobre ella sería imposible pensar con claridad.
Se dirigió al baño caminando de puntas, como si fuese un ladrón y se dio una ducha bastante rápida.
Cuando llegó a la cocina vio a Claire como era de costumbre y la saludó como comúnmente lo hacía.
— ¿Tienes hambre, linda? —le preguntó amablemente la mujer mayor.
— Me muero de hambre —aceptó ella. La noche anterior no había cenado y estaba más hambrienta de lo normal.
Claire le sirvió el desayuno y Axel lo devoró completo en tiempo récord. El ama de llaves solo la observaba con una enorme sonrisa dibujada en los labios.
Axel sospechaba a que se debía la expresión bobalicona de la mujer, pero decidió no darse por entendida. No deseaba hablar con nadie de lo que había pasado con Dom la noche anterior, al menos no por el momento.
— ¿Vendrás a almorzar hoy? —inquirió Claire, dándose por vencida al no hacerla hablar.
— No, tengo una prueba en la escuela y he quedado con una compañera en que estudiaríamos juntas antes.
— De acuerdo. Suerte en tu prueba.
— Gracias. Y gracias por el desayuno, estaba delicioso como siempre.
Tom estaba esperándola junto al auto y le ofreció un saludo, tan cordial como siempre.
De camino al trabajo se tomó la libertad de pensar en la noche anterior. Había sido maravilloso, Dom había sido bastante paciente con ella y la había hecho sentir uno de los mayores placeres que el ser humano puede sentir, pero al mismo tiempo se sentía perdida, no sabía cómo, pero Dom se había adueñado del último espacio de su ser, aquel que aún tenía dudas sobre si realmente lo quería o no.
Se había entregado en cuerpo y alma a ese hombre y ahora se sentía más vulnerable que nunca, Dom poseía el poder de lastimaría y romperle el corazón en cualquier momento y eso era lo que ella más temía. A pesar de que se regañaba constantemente por pensar en esa mujer y en lo que le había dicho, las palabras de Elsa aún la perseguían como un condenado fantasma.
"Cuando Dominic consiga lo que quiera contigo, te dejará"
"Solo le interesas porque tienes algo que él quiere"
Se repetía así misma una y otra vez que Dominic no era ese tipo de hombre, pero sus miedos le jugaban en contra.
— Axel, hemos llegado.
La voz de Thomas la hizo pegar un brinco en el asiento del auto. Se apresuró a salir e ingresar a su lugar de trabajo.
Durante todo el día había dejado a un lado el tema de Dominic, ya que su mente estaba en el trabajo al cien por ciento debido a uno de los señores más queridos del lugar.
Su estado de salud había sido regular con el pasar de los días, pero esa mañana en particular había empeorado, hasta el punto de que el asistente del cardiólogo que había llegado a reemplazar a Kevin ordenó que lo llevasen de inmediato a un hospital debido a su delicado estado de salud.
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Quédate a mi Lado✔ (Parte I)
RomanceAxel Alwood, siempre tan correcta y velando por el bienestar de todos se ve envuelta en una situación en la que sus principios y todo en lo que ella creía, serían puestos a prueba al intentar librar a su hermana de una de las peores situaciones en...