Capítulo 30

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Axel iba conteniendo las lágrimas durante todo el camino, mientras Christina iba maldiciendo segundo a segundo.

La chica sentía que algo dentro de ella se había dañado de manera irreparable, así que cruzó los brazos alrededor de su pecho para mantener los pedazos unidos, al menos por un tiempo más. Cuando estuviera sola podría derrumbarse por completo, pero ahora no era el momento.

Estaba dolida, molesta, enojada, triste y un sin fin de emociones más que no podía describir.

No supo en que momento llegaron a la mansión, pero tuvo que armarse de mucho valor para bajar del auto de su amiga y poner un pie en el suelo de la casa que había sido su hogar por dos meses; los mejores dos meses de su vida a pesar de todo lo que había dicho.

- ¿Quieres qué vaya por tus cosas? -Christina le volvió a ofrecer, pasó los brazos por los hombros y sus manos cálidas le dieron el animo que necesitaba.

-No -susurró Axel encaminándose hasta la entrada.

Todo el lugar olía a Dominic, a su esencia. Todos los presentes la vieron con legítimo asombro cuando entró corriendo a la casa.

Subió las escaleras de caracol, ignorando a todos y deseando que sus cosas aparecieran mágicamente ahí junto a ella. Sabía que Dominic estaba en la habitación; podía oírlo gritando, lanzando cosas, maldiciendo todo y a todos.

Claire, su consejera y amiga estaba en la puerta de la habitación tratando de tranquilizarlo. Cuando la vio a ella corrió en su encuentro y le suplicó saber que estaba pasando.

Axel no supo cómo, pero le explicó lo que acaba de ocurrir.

- ¡Dios, esto debe ser una broma! -exclamó la señora cubriéndose la boca con las manos- ¿Trataste de explicarle las cosas?

- Quise y él se negó a creerme, pero después de todo lo que dijo frente a mi familia, yo tampoco deseo verlo -confesó Axel. Claire la abrazó con fuerza y la chica tuvo miedo de que su falsa confianza la traicionara, así que se apartó de la mujer y añadió-. Solo he venido por mis cosas porque ese loco me amenazó con tirarlas a la basura si no regresaba pronto por ellas.

-No entres ahí -pidió Claire-. Nunca lo había visto tan molesto. Está fuera de sí mismo.

Axel ignoró la petición del ama de llaves y apenas abrió la puerta, un Dominic que jamás había visto le saltó encima. Ese hombre realmente estaba furioso. Su rostro estaba completamente rojo y sus ojos verdes brillaban debido al odio.

-Ya he sacado todas tus cosas del armario, guárdalas y márchate cuanto antes- Dominic tiró con mucha fuerza la puerta del armario y Axel vio sus cosas tiradas en el suelo.

La chica no sintió miedo ni intimidación alguna; más bien ver el estado en él que se encontraba la puso más furiosa. Era un hombre que no le gustaba ver más allá de sus propias narices.

Le dio la espalda y se dirigió a recoger sus pertenencias, sacó su maleta e introdujo todo lo que pudo, al mismo tiempo que trataba de ignorar al hombre que estaba tirando cuanta cosa estuviese a su paso contra las paredes y maldiciendo a todo pulmón.

- ¡No puedo creer que caí en esta mierda nuevamente! -gritó él, golpeando con el puño la pared del cuarto. Axel se mordió la lengua para no decir una grosería-. ¿Por qué? -Dom le impidió el paso cuando se dirigía al baño-. Te di todo de mi, puse mi mundo en tus manos, Axel.

Suspiró frustrada y lo apartó de su camino sin siquiera responderle. Si abría la boca sería capaz de sacar sapos y culebras de ella a pesar de que sus palabras le seguían doliendo.

Dominic la tomó con fuerza del brazo y la obligo a verlo a la cara.

Su mirada era dura, fría.

Quédate a mi Lado✔ (Parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora