Relatos de un pobre pianista

Objetivos imposibles

Redacción para clase; tema: mi pareja ideal:

Mi pareja ideal… Es un tema que nunca he llegado a entender. Toda persona tiene un prototipo de persona con la que compartiría el resto de su vida, pero eso va cambiando en función de los años. Por el momento, creo que tengo bastante claro lo que me gusta en un hombre.  Aunque pueda parecer hipócrita y típico, lo prioritario para mí no es el físico. Es cierto que ayuda a que te entre por la vista, pero el amor no entra por la vista. El amor se siente con el tiempo, tras conocer a la persona.

Mi pareja ideal, tiene que saber escuchar. Debe ser una persona que me escuche, e intente comprenderme. No exijo que lo haga, puesto que no soy una persona fácil de entender. Simplemente, quiero saber que puedo contar con un oído amigo, que no me va a juzgar por lo que le cuente. Tampoco debe pecar de bocazas. Un secreto es un secreto, y a sus amigos no tiene por qué decirles nada. Pese a que soy una persona bastante celosa, en ningún momento le pediría que dejase de hablar a una amiga, o que no pasase tanto tiempo con sus amigos. Una relación no significa perder a las amistades que te rodean.  Debería ser un hombre que se preocupase por los demás. Esa clase de hombre que no pueden ver a una persona por la que siente cariño triste. Por eso, deberá tener bastante autocontrol. Por mucho que apetezca, no está bien pasarse el día besuqueándose delante de todos. En cierto modo, los espectadores acabarían asqueados. Debe tener claro las personas a las que aprecia, ya sea en el plano sentimental como en el amistoso o familiar. Y, por las personas que aprecia, no debe temer el dar la cara. Aunque no tiene que ir siempre buscando pelea. Se preocupa por su futuro, porque sabe que es importante… pese a que no lo es todo. Tiene que ser un hombre romántico, que no le de miedo decir un ‘te quiero’. Pero no un ‘te quiero’ vacío, sin sentido ni sentimiento. Sino un ‘te quiero’ de verdad, que destile más sentimiento que cualquier poema de amor. Para eso, debe ser muy sincero y franco. Porque, una relación, se basa en la confianza.

Pero, pese a todo eso, no me importa como sea mi pareja. Lo que de verdad me importa, es como soy yo al estar con él. Las sensaciones que provoca en mi cuerpo, por ejemplo. Ese agradable cosquilleo que te recorre todo el cuerpo, originándose en el estómago, cuando te abraza. Esa sensación de querer que te abrace y no te suelte, de que te llene con sus besos, de que te susurre lo mucho que te quiere. Esa sonrisa estúpida que se te dibuja al verle o hablar de él. Esas sensaciones, son las que de verdad importan. Esas sensaciones, son las que de verdad te indican si te has enamorado o no. Por fortuna o por desgracia, nadie puede controlar los sentimientos. Y no hay nada más bonito que tener a la persona a la que amas a tu lado, para lo bueno y para lo malo, contando con él para todo. Yo, dentro de unos años, quiero tener a mi lado a alguien que me quiera y al que quiera, independientemente de cómo sea. Quiero despertarme, darme la vuelta, y ver como tengo al amor de mi vida al lado. Darle un beso de buenos días, y saber que vamos a seguir así muchos años más. Quiero girarme rápido hacia la puerta, al escuchar unos pasitos rápidos que vienen hacia la habitación, y ver a mis hijos. Y quiero que, cuando suban riendo a nuestra cama, pueda mirar y decir que tengo a las personas más importantes para mí ahí, a mi lado.