El leño

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El leño, entre el crepitar del cruel y cálido fuego, mirando esa silla que ya jamás lograría ser, lloraba lágrimas de ceniza y se consumía, lentamente, para cumplir el destino que la vida le había impuesto y desaparecer para siempre.

Entonces, entendió que en esta vida hay sueños que jamás podrán lograr realizarse, y que es inútil construir castillos de aire pues el resultado va a ser siempre el mismo; no puedes evitar tu destino.

Relatos de un pobre pianistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora