Queridos reyes magos

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Queridos reyes magos,

Mamá y papá me han dicho que este año no me vais a traer todos los regalos que pida, aunque me los merezca por ser la niña más fuerte y valiente del mundo, pero eso es porque no saben que sois magos.

Dicen que, de todas formas, no voy a necesitar muchos juguetes porque, si todo va como representa que va a ir, no los necesitaré. Dicen que iré a un sitio divertido y con muchos niños, y que me darán todo lo que pida. Así que, este año, los regalos van a ser diferentes:

Quiero que le deis a papá y a mamá una casa más grande que la que tienen ahora, como la que tenían antes y tuvieron que vender para pagarme todo esto. También quiero que le deis a mamá un vestido muy bonito, y a papá una corbata a juego.

Ayer, el tete me regaló un guante de baseboll, firmado por mucha gente que me quiere mucho. Creo que me lo dio porque estaba muy viejo, ya que fue con el que ganó su primera liga juvenil. Traedle otro. Pero nuevo, para que gane muchas cosas más. Y a todas esas personas que han firmado, traedles lo que os pidan ellos.

Hace unos días que la niña de la camilla de al lado llora por las noches, porque ha perdido su muñeca. Haced el favor de devolvérsela, anda. Que no os cuesta nada de nada.

Los niños de mi clase me han hecho una cartulina muy chula, con muchos recortes, colores y llena de fotos. Quiero que, cuando se despierten el día de reyes, se encuentren con una bolsa enorme llena de caramelos.

En verdad, lo que más me preocupa es que todos los que vienen a verme estén felices. Ellos dicen que lo están, pero unos lloran y otros tienen los ojitos tristes. Hacedles muy muy felices, por favor.

Muchas gracias.

P.D.: La enfermera simpática ha leído mi carta, y me ha dicho medio llorando que pida algo para mí (creo que sino no os va a enviar la carta). Así que voy a pedir que me crezca el pelo. ¡Si dejo de estar más calva que el tio Alfred, quizás ya no se pondrán todos tristes al verme! Si podéis hacer que vuelva a casa, con Tom, mamá y papá, sería maravilloso. Pero eso lo último, que aun hay muchas caritas que quiero ver contentas. (No, no pido que me cureis porque, aunque el doctor guapo diga que no es probable, yo sé que lo voy a hacer).

Ale, ahora solo falta esperar.

¡Jopé, que ganas del día de reyes!

Relatos de un pobre pianistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora