—No te atrevas —advertí a la enfermera que rodeaba con sus asquerosas manos la consola del respirador que te mantiene con vida.
—¡Doctor! —gritó —El chico se rehúsa.
—Hijo, no hay nada que hacer. Retiraron los fondos, algunas veces solo debemos dejarlos ir, por mucho que duele. Lo lamento, debemos desconectarla.
—¡Espere!.
Corrí a la oficina de administración.
Sobregiré mis tarjetas de crédito.
Firmé un cheque con todos mis ahorros.
Te conseguí cinco días.
Nos conseguí cinco días Sam.
Cinco días para que muera mi alegría.
Cinco días en los que no veré la luz del día.
Anclaré mi mirada en tu imagen serena.
Perpetuaré tus rasgos en mi mente, para conservarte toda mi vida.
Te recordaré como el error más hermoso que cometí.
Mi Samanta.
Mi Sam.

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SAM ©
PoesíaSam tiene secretos. ¡Oh, cuantos secretos! Sam habla con las flores, les cuenta su tormento. Pinta sus colores en un lienzo imaginario. Entre pinceladas, susurra comentarios. "Tú los mataste" "Mereces morir" "Lo siento". "No deberías vivir". Sam ama...