"Canción"

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El acostumbrado silencio matutino, fue bruscamente suplantado por una hermosa melodía que inundaba cada rincón del recinto.

Los pacientes se miraban unos a otros intentando entender tan inusual situación.

El violín de la repisa ya no estaba.

Alguien lo había tomado.

Seguimos el sonido hasta la habitación doscientos treinta y ocho.

Ahí estabas tú Sam.

Arrodillada en frío suelo.

Tus ojos cerrados.

Tus manos y dedos se movían al son de tan bellas notas.

Te dejaron tranquila.

Yo permanecí hipnotizado con tu belleza unos minutos.

Sólo quería escucharte.

Sólo quería contemplarte.

Samanta.

Mi Sam.

SAM ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora