Te veía caminar.
Mi expresión era un poema.
De esos que te hacen querer llorar.
De esos que quieres olvidar.
Paraste bruscamente tu andar.
Alzaste la mirada al cielo antes de dar un largo suspiro.
Me acerqué a ti.
—¿Estás bien?.
Te volteaste.
Tus mejillas empapadas.
Enormes lágrimas caían.
Manchas negras de maquillaje corrido ennegrecían tus pómulos.
—Ven conmigo —imploraste con voz cortada, antes de soltar todo lo que tenías a la mano y saltar a mi cuello.
Me abrazaste tan fuerte que casi no podía respirar.
Pero no me importaba.
En ese momento nada importaba.
Sólo tú.
Sólo nosotros.
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SAM ©
PuisiSam tiene secretos. ¡Oh, cuantos secretos! Sam habla con las flores, les cuenta su tormento. Pinta sus colores en un lienzo imaginario. Entre pinceladas, susurra comentarios. "Tú los mataste" "Mereces morir" "Lo siento". "No deberías vivir". Sam ama...