Llegamos a una de las propiedades de la zona residencial.
Era enorme.
Éste lugar hacía ver a mi apartamento cómo la casita en la cual trasladábamos al Sr. Gato, que dormía plácidamente en el asiento de atrás, pese al movimiento del auto.
El césped estaba alto y descuidado.
Las flores marchitas.
Vidrios rotos.
Un candado bloqueaba cadenas que impedían abrir los portones del lugar.
Apagué el auto.
Salimos.
Levantaste una piedra que estaba a un lado del camino.
Debajo habían unas llaves.
Las tomaste y abriste el candado, dándonos acceso.
Estabas muy callada.
Estabas muy serena.
Quisiera saber más Sam.
Eres una caja de secretos.

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SAM ©
PoésieSam tiene secretos. ¡Oh, cuantos secretos! Sam habla con las flores, les cuenta su tormento. Pinta sus colores en un lienzo imaginario. Entre pinceladas, susurra comentarios. "Tú los mataste" "Mereces morir" "Lo siento". "No deberías vivir". Sam ama...