No logré dormir.
Sólo me senté a un costado de tu cama a observarte respirar por horas.
Tu eres la agonía de mis ojos.
Yo no soy más que un niño llorando, acurrucado en la fría esquina de esta vida de dolores, sosteniendo en las manitas una roza blanca que marchita, más y más cada hora.

ESTÁS LEYENDO
SAM ©
PuisiSam tiene secretos. ¡Oh, cuantos secretos! Sam habla con las flores, les cuenta su tormento. Pinta sus colores en un lienzo imaginario. Entre pinceladas, susurra comentarios. "Tú los mataste" "Mereces morir" "Lo siento". "No deberías vivir". Sam ama...