Al escuchar mis palabras tus ojos se vistieron de acuarela.
Comenzaste a llover por dentro.
El sonido de tu llanto arrebató el silencio de la habitación.
Un huracán de sentimientos te inundaba.
Imaginé que mi inoportuno comentario era el epicentro.
Avergonzado por mi torpeza pretendí levantarme.
Tomaste mi mano apresurada.
—¡No! Por favor, quédate —murmuraste con tus mejillas empapadas en misteriosa melancolía.
Me acosté a tu lado.
No mentiré.
Me sentí.
El chico más dichoso.

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SAM ©
PuisiSam tiene secretos. ¡Oh, cuantos secretos! Sam habla con las flores, les cuenta su tormento. Pinta sus colores en un lienzo imaginario. Entre pinceladas, susurra comentarios. "Tú los mataste" "Mereces morir" "Lo siento". "No deberías vivir". Sam ama...