¡Que hermoso día!
Mientras te daba de comer, recordé mi sueño.
El sueño hermoso.
De pronto, estiré mi mano y acomodé tu cabello detrás de tu oreja.
Me miraste pasmada.
Podía notarlo.
No sabías que hacer.
Dulcemente agachaste la cabeza mientras me obsequiabas la más hermosa sonrisa que he visto jamás.
Decimos tanto en nuestros silencios, que las palabras se tornan insustanciales.
No dejaste de sonreírme el resto de la tarde.
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SAM ©
PoetrySam tiene secretos. ¡Oh, cuantos secretos! Sam habla con las flores, les cuenta su tormento. Pinta sus colores en un lienzo imaginario. Entre pinceladas, susurra comentarios. "Tú los mataste" "Mereces morir" "Lo siento". "No deberías vivir". Sam ama...