Veinte.

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Nick termina de aplicar bloqueador en la parte trasera de mis piernas dándome una palmada en mi trasero, río porque ahora es mi turno. Le quito el bote de bloqueador de las manos y dejo la cantidad necesaria para empezar a regar el bloqueador sobre sus hombros. Me entretienen sus labios en mi cuello y barbilla, me hacen reír sus caricias.

Nos encontramos flotando cerca de la Cala Goloritze de Baunei, Italia en un lujoso yate. Antoine, el hombre que en este momento maneja el timón y se encuentra tras nosotros, nos va hablando sobre la región especial de Cerdeña. Me encuentro todavía maravillada acerca de estar flotando tranquilamente en el Mar Tirreno junto el hombre que amo y me ha regalado esta gran oportunidad. El mar es hermoso, un azul muy... indescriptible, Italia es hermosa.

Cuando acabo con el torso de Nick me siento en su regazo para acabar con su rostro y volver mi vista a la rocosa isla. Le doy un beso en los labios antes de bajarme de su regazo y sentarme a su lado con la cámara mirando hacia él. Me sonríe feliz mientras tomo unas cuantas fotos. Nick es el modelo perfecto, hace unos cuantos meses no le hago una sesión, pero me parece que ya he recuperado con las fotos que le he tomado con lo que llevamos del viaje.

–Como ya verán, no es un lugar muy turístico como el resto de Italia, pero es muy agradable–Le regalo una sonrisa a Antoine, que ha sido un buen guía además de timonel, nos ha llevado a ver unas cuantas grottas hace un rato y creo que hemos terminado con el turismo–. Les voy a llevar a un lugar donde puedan nadar un rato. –Tomo una última fotografía al paisaje cuando Nick saca la Go-pro que compró en el aeropuerto de Londres. Nos alejamos de la playa que está ocupada de pocas personas tomando el sol y disfrutando del mar.

Nos tomamos unas cuantas fotos, hasta que Antoine detiene luego de unos cinco minutos de camino. El día está perfecto y, por un momento, dejo de preocuparme por cómo se me ve el traje de baño enterizo que me he traído.

–Son libres unos cuantos minutos, por lo menos unos veinte. El mar está perfecto para nadar un rato –nos informa el italiano. Sonrío porque la verdad el agua se ve perfecta.

Me acerco hasta la orilla del bote, en cuanto siento a Nick detrás de mí tomándome de la cintura yo estoy a punto de dirigirme hasta la parte trasera del yate para bajarme, pero él me empuja, es decir, me lanza junto con él. Mi grito a penas se escucha antes de que el agua me silencie.

Los dos caemos al agua con él abrazando mi cuerpo.

Salimos a la superficie en solo unos cuantos segundos, Nick sigue agarrando mi cintura, pero nos separan unos cuantos centímetros, estamos en una parte bastante profunda donde nuestros pies no alcanzan el fondo, creo que es por eso que mantiene cierta distancia conmigo.

La risa se apodera de mí en cuanto lo veo con esa sonrisa traviesa en sus labios.

–Casi me matas –Rio para luego lanzarle de una manera muy infantil agua. Él se echa a reír antes de atacarme con más agua, solo puedo nadar para evitar que siga mojando mi rostro, pero él es más rápido y me tiene en sus brazos en menos de unos minutos, donde me da un beso que me deja algo aturdida.











– ¿Sabor? –Me pregunta el hombre algo canoso que atiende en la heladería con una sonrisa y un inglés con acento italiano.

–Vainilla –Miro a Nick que se encuentra detrás de mí, abrazándome la cintura y con su cuerpo pegado al mío.

–Yo quiero chocolate –le dice al hombre, para luego darme un beso en mi mejilla izquierda y después  pegar mi cabeza a su pecho. Luego de que el hombre nos entregue nuestros helados, pagamos y nos dirigimos a unas bancas a solo unos cuantos metros de nosotros.

Me encuentro hambrienta luego de una larga mañana en el mar, como en el restaurante que hemos escogido se encuentra a reventar nos han hecho una reserva, aún falta una media hora.

–Estas bronceada –me informa Nick con una sonrisa mientras me acomodo junto su cuerpo. Tengo un vestido ligero que me llega por encima de las rodillas y es bastante amplio, algo bueno para el sofocante calor costero. Mientras Nick se viste con unos pantalones cortos playeros y una camiseta blanca sin mangas que hace que sus musculosos brazos sea lo primero que veas.

Me como todo el helado que sobresale del cono, más no soy capaz de morder el cono temiendo que sea demasiado, no quiero vomitar. Aún no he recuperado mi gusto, pero estoy haciendo un gran esfuerzo en pensar como sería el sabor del helado en mi boca. Me quedo con el cono vacío en mi mano mientras veo como el termina con su helado en solo unos minutos.

Vemos la gente caminar de un lado a otro, aunque no hay muchas personas. Tal vez esté empezando a creer que Baunei es un tesoro escondido. Él da un beso en mi mejilla cuando quedamos sin decir nada unos largos segundos.

–Te amo, Charlie –Toma mi mano izquierda y besa mi anillo que descansa sobre mi dedo anular. Sonrío viendo sus ojos. Le respondo casi al instante con un "Yo más".

Al final, terminamos utilizando los quince minutos que nos faltan para nuestra reserva como un perfecto espacio para tomar unas cuantas fotos a Nick, me parece perfecto. Cuando lleguemos a casa y retome mi trabajo podré añadir a la página que tenemos algunas seleccionadas en el apartado que tengo de Nick.

Sí, en la página de Sullivan&Trason hay un apartado para todas las fotos de Nick, es el que más tiene comentarios y visitas, Nick no lo sabe, que yo sepa. Derek dice que si se llega a enterar, su ego pueda explotar de tantos me gusta, comentarios y visitas que mantiene su apartado, siempre sonrío. Algunas de sus "seguidoras"  lo llaman Amor Secreto. En realidad todas son fotos que he tomado en nuestros viajes, como en Los Ángeles hace unos cuantos meses, o  él en su oficina, cuando tiene que trabajar los sábados y me lleva con él, suelen comentar que el hombre sexy de traje es el sueño hecho realidad de cualquier chica.

Espero que a Nick nunca se le dé por revisar nuestra página web.

Hay unas perfectas de él en la banca mientras se ríe de mi profesionalismo, siempre lo hace, cuando le pido con voz amable y profesional que alce un poco la barbilla, o cuando lo mando a quedarse quieto unos segundos, nunca hace caso. También cuando vamos caminando hacia el restaurante tomo unas cuantas fotografías adelantándome para tener la toma perfecta de él caminando tranquilamente por las calles de la hermosa ciudad costera.

Yo como una ensalada caprese que no sabe a nada mientras Nick se come unos calamares.

Lo que hace feliz a Nick es el hecho de que mi plato queda limpio.


Bueno...

Hoy no hubo dramas .-.

Quisiera conocer que opinan de la historia.

Gracias, ya casi son 500 lecturas.

iNeedmyVoice

CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora