Solo mía, morena

Capítulo 21

Ya han pasado dos días desde que vuelvo a tener aquí a Ethan conmigo. Seguimos aquí con los magos, aún no hemos vuelto al pueblo con nuestras familias por una sencilla razón: Ethan necesita tomar fuerzas.

Aún está muy débil, pero sinceramente eso ya no me importa, ¿está aquí conmigo no? Eso es lo importante.

Él ha pasado estos días en la cama, soy yo quien le da de comer, quien le entretiene y a partir de hoy, quien le duche también. Si señoritas, estos días no se ha podido duchar porque aún estaba muy débil para moverse, pero según el médico, ya si se puede mover, aunque sólo y exclusivamente para ducharse o en el caso de que se quiera levantar para comer. El resto del día debe de estar reposando en la cama, sin hacer ningún tipo de esfuerzo.

-Bueno moreno mio, creo que ya es hora del baño-Dije retirándole la bandeja vacía de comida, pues sí que tenía hambre, se ha comido todo el desayuno.

-Estaba deseando que llegase este momento-Dijo mirándome perversamente a la vez que movía sus cejas de arriba a abajo.

-Nada de insinuaciones jovencito, no puede hacer esfuerzos, mucho menos mantener relaciones sexuales... Así que tendra que esperar por lo menos un mes para volver a tomar este cuerpo-Dije empezando a quitarme las zapatillas y llevando mis manos al botón de mi pantalón. Ethan rápidamente llevó su mirada hasta allí. Oh si, esto será divertido.

-Dana no cre...

-Shhh... Sólo voy a darme un baño contigo, yo también lo necesito y ya que tengo que ducharte, pues ahorramos agua, ¿no crees?

-Si morena, eso sería increí... Espera, ¿estás intentado jugar conmigo?

-¿Yo? Ethan por favor, parece mentira que después de todo este tiempo aún no me cnnozcas

-Precisamente porque te conozco preciosa, es por lo que te aviso, como juegues conmigo, me las voy a cobrar una a una en cuanto pueda moverme. Y créeme que entonces, serás tu quien pida por más

-Bueno, de aquí a qué te recuperes espero que se te haya olvidado-Dije bajando mis pantalones y acercándome a la cama

Con mucho cuidado, me coloqué a su lado y acerqué mi cara a la suya. Con una mano me quedé apoyada en la cama y con la otra, suavemente la fui pasando por su cuerpo con cuidado, mucho cuidado, ya que aún estaba dolorido.

-Enana...

-¿Te he dicho lo mucho que me gusta que me llames así?

-No, pero ahora que lo sé, puedo utilizarlo en tu contra-Dijo ahora él acercando un poco más su cara a la mía

-Creeme cariño, hay demasiadas cosas que puedes usar en mi contra, pero es mejor que no las sepas. Ahora debes tu decirme alguna, para que estemos igual

-Digamos qué... En general, toda tú me puede. El mayor arma que tienes para manejarme eres tú...-Dijo ahora llevando su mano a mi mejilla. Esta situación, no se como había pasado de caliente a romántica- Si algún día llegas a faltarme, yo...

-Tú nada Ethan, nunca vas a estar sin mi, ahora que has vuelto pienso pasarme las 24 horas del día a tu lado. Por favor no pienses más en eso

Y sin más diálogos unió sus labios con los mios en un suave beso.

-Anda, vayamos a la ducha-Dije ayudándole a levantarse y llevándole hacia el baño.

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Después de salir de la ducha, vestir a Ethan y volver a dejarlo tumbado en la cama, salí a la cocina y empecé a preparar la cena.

-¡Ethan!-Grité desde la cocina

-¡Dime morena!-Contestó él desde la habitación

-¿Qué se te apetece? ¿Tortilla o lasaña?