Capítulo 20

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Estuvimos un par de horas esperando en casa de Connor. Después de la notocia lo único que quería era estar sola, pero no me dejaron. Tanto Isis como Connor pensaron lo que mejor sería que me quedara allí con ellos y así despejarme un poco.
Yo, sinceramente tengo que decir que estas horas se han hecho las más largas de mi vida, para mi un segundo de mi reloj se me hacía una hora. Necesitaba saber ya de Ethan, algo lo que fuera, aunque la noticia fuera que estuviera muerto. Pero necesitaba saber algo ya, no podía con esta agonía.

-Chicos yo... Tengo que ir a la plaza del pueblo ya, alli es dónde llegarán y yo no puedo ma...-Cuando iba a terminar la frase, sonó el móvil de Connor.

-Es mi tio-Dijo mirando la pantalla para luego llevar el móvil a su oreja-Sí...Vale, ahora mismo vamos.

-¿Y bien...?-Dije mirandole a los ojos ansiando saber algo.

-Acaban de llegar.

Y no necesité nada más para salir de aquella casa y empezar a correr en dirección a la plaza. Divise a Diego, el mate de Isis y me acerqué rápidamente a él.

-¿Y Ethan?-Él solo me miro a los ojos y contestó rápido y breve, sabiendo que no estaba de humor para rodeos.

-Enfermería.

Ni siquiera le di las gracias y joder, estaré quedando como una maledicada pero en este momento sólo quiero, mejor dicho, sólo necesito saber cómo está Ethan.
Seguí corriendo y corriendo hasta que llegué a la enfermería. Había un montón de hombres que acababan de llegar de la lucha sentados en camillas mientras eran inspeccionados por los doctores.
Empecé a andar entre ellos buscando a Ethan, pero no sé si lo nervios me estaban jugando una mala pasada o era porque él estaba en otro lado, pero yo no le veía.

-Disculpe señorita...-Me dijo una enfermera que había por allí, tenía más o menos la edad de mi madre-¿Busca a alguien?

-Si, si yo... Busco a mi novio, Ethan el alfa de la manada. Yo...¿sabe usted algo de él? ¿Cómo se encuentra? ¿Dónde está? Necesito saber algo por favor...

-Eh joven, no se preocupe, creo saber dónde está, pero necesito ver una pequeña sonrisa aunque sea en su cara. No puedo dejar él paciente le vea así. Él le necesita ver fuerte-Al escuchar eso sonreí un poco, ésta mujer me recordaba mucho a mi madre y sinceramente sólo por eso haría lo que me dijera-Eso está mejor, sigame.

Yo la seguí sin rechistar y ella rápidamente me llevo hasta una habitación en la segunda planta. 216.

-Aquí se encuentra su novio joven, pero intente estar tranquila al verle ¿si?

Joder, ¿soy a la única a la que eso le suena a mala noticia?
Dios no, por favor, que no le haya pasado nada...
Yo simplemente asentí.

Di un paso en dirección a la puerta y la abrí lentamente. Lo primero que vi una camilla con una persona, la cuál se que es Ethan en ella, pero un doctor de pié junto a la camilla me impedía ver si estaba bien o no, si estaba consciente o no. Me quedé paralizada, sinceramente no me atrevía a acercarme a la cama, creo que si veo a Ethan inscosciente en ella, no podría soportalo. Así que me quedé quieta en la entrada y hablé.

-¿Ethan?-Dije haciendo que el doctor levantara la cabeza, pero justo cuando iba a darse la vuelta, él habló.

-Dana...-Joder, creo que nunca me he alegrado tanro de escuchar su voz.
Rápidamente me acerque a la cama y vi su hermoso rostro. Dios, no pude evitar que lágrimas salieran de mis ojos y la verdad que en este momento no me importaba. Joder, lo tenía aquí conmigo, consciente, vivo...

-Dios Ethan-Dije acercándome a él y juntando mis labios con los suyos. Cómo necesitaba esto, como lo necesitaba a él, a su sonrisa, a sus labios, a su posesividad, a sus ganas de matar a cualquiera que se me acerque.... Dios, cómo le necesitaba a él.
Él rápidamente respondió a mi beso y creo que, insconcientemente, una de sus manos se movió hacia mi cintura, haciendolo gemir de dolor, por lo que me separé de él.

-¿Te duele? Dios, joder, perdón, perdoname-Dije volviéndo a juntar mis labios con los suyos brevemente-Te amo Ethan, no sabes cuánto te amo. No vuelvas a hacerme esto nunca-Dije mirándolo a los ojos para luego juntar si frente con la mia.

-No te preocupes nena, no pienso volverme a separar de tu lado. Ya ha terminado todo, ya estás a salvo nena. Te amo-Dijo colocando una de sus manos en mos mejillas, acariciandola suavemente, para después volver a besas mis labios.
Ethan empezó a profundidar más el beso cuando escuchamos de fondo la tos de alguien.
Yo me separé de sus labios rápidamente, a causa de la vergüenza, lo que hizo sonreir a Ethan. Dios como había extrañado esa sonrisa.

-Perdone doctor, por un momento olvidé que estaba usted aquí-Dije mirando hacia el suelo.

-No se preocupe, entiendo que la ocasión lo merece. Debe de haberlo pasado usted muy mal aquí a la espera de su chico. Pero si no es molestia, necesito terminar de hacerle algunas pruebas para comprobar que todo está en su sitio, luego será todo suyo-Dijo dándome una sonrisa.
Yo solo asentí u me senté en el sofa que había en la sala, justo enfrente de la camilla, y allí me quedé observando a Ethan, como respondia a las preguntas del doctor, como hacia muecas cada vez que el doctor tocaba en alguna zona en concreto, como mientras tanto, él se me quedaba mirando y de la nada, me sonreía. Dios, sólo dios sabe relamente cuánto amo a este hombre. Y juro que después de todo lo que ha pasado, no pienso dejarlo ir nunca. Ni que nada ni nadie nos separe.

Unos veinte minutos después, el doctor terminó de hacerle todo tipo de pruebas necesarias.  Luego se volvió hacía mi.

-Bueno señorita, creo que después de todo aquí el joven ha tenido mucha suerte.  Ha estado inconsciente solo un par de horas, debido al grado de dolor que tenía. Es decir, cuándo el cuerpo llega a un cierto grado de dolor o mal estar, crea una especia de escudo, que lo que hace es dormirnos, para así sentir lo menos posible. Y eso es lo que le ha pasado a usted señorito-Dijo volviéndose para mirar a Ethan durante unos segundo y luego volver a dirigir su mirada a mi-Por suerte, eso no ha creado ninguna lesión cerebral, lo cuál es una gran noticia. Lo único malo es que tiene el hombro dislocado, dos costillas rotas y la rodilla un poco bastante jodida-Dijo riendo un poco-Pero con un poco de reposo, en los hombres lobo, calculo que mas o menos en una semana, estará casi como nuevo. Eso sí, reposo absoluto. Y dicho esto, sólo me queda decirle a usted señorita que se lo lleve a casa y lo cuide, como no dudo que hará y a usted caballero, que se quede quieto, sin ningún tipo de esfuerzo hasta que dentro de una semana vuelva aquí para una revisión y que cuide mucho a esta señorita, parece una buena chica-Dijo dándole a Ethan una sonrisa.

-No se preocupe doctor, pienso cuidarla el resto de mi vida-Dijo mirándome fijamente.

Después de eso el doctor salió de la habitación, no sin antes dedicarnos a ambos una sonrisa. Yo me levanté del sofá y me acerqué a Ethan.

-Bueno, parece que voy a tener que mimar mucho a alguien esta semana.

-Si bueno, que puedo decir, estoy muy enfermo, necesito que hagas de enfermera como mínimo por una semana-Dijo dedicándome una sonrisa.

Yo me acerqué un poco más a él, pegando mi cara a la suya, dejando nuestras frentes al igual que nuestras narices unidas y nuestros labios muy cerca.

-Créeme cuando te digo, que por mi te cuidaría el resto de mi vida Ethan. Juro que después de todo lo que ha pasado, sólo me importa tenerte a mi lado. Prometeme que no te volveras a alejar de mi, por favor Ethan.

-Nena, te juro que nada ni nadie va a volver a alejarme de ti. No sabes cuánto te he echado de menos-Dijo juntando sus labios con los dios.

-Te amo Ethan.

-Yo si que te amo, morena mía-Dijo para después volver a unir nuestros labios, en un profundo y apasionado beso.
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Hola familiaaaa. Bueno, lo primero, pediros que no me mateis, he seguido el capítulo en cuento he podido.
Espero que os guste el capítulo, sé que podría ser mas largo, pero es mejor dejarlo ahí para darle un poco de suspense.
Decir que la novela no ha acabado aquí, todavía les queda mucho por delante a Dana y a Ethan.
Daros las gracias por leer mi novela, por vuestro apoyo y por vuestros comentarios.
Os quiero muchísimo familia.
Hasta el próximo capítulo😘

Solo mía, morenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora