Capítulo 13

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-Para mañana los dos primeros problemas de la página 127- dice Manuela dejando la tiza en la pizarra.

Segundos más tarde suena el timbre.

-Becca, ¿vienes?- dice Montse acomodando su pelo
-Eee... No, que me tengo que quedar un momento- digo mirando las puntas de mi pelo
-Bueno vale, nos vemos luego en...- mira el horario- geografía- yo asiento con la cabeza y ella se va.

Me quedo sentada en una mesa mirando a través de la ventana.

El cielo está nublado, justo como a mi me gusta.

Siento unas manos en mis hombros y al captar la colonia que me rodea, sonrío y me giro.

Ambos nos quedamos mirando, yo sobretodo me quedo mirando sus labios, se ven tan apetecibles.

Sus manos pasan a rodear mi cintura y nuestros labios se juntan.

El beso empieza lento y tierno, pero acaba volviéndose ardiente y apasionado.

Mientras continuamos besándonos, oigo el sonido de la puerta del aula cerrándose, inmediatamente me separo de Cristian y miro extrañada.

-Vamos a tu casa- susurro en su oído
-Vamos- se asoma a la puerta para ver que no hay nadie en el pasillo, ya que alumnos y profesores están en el recreo.

Me acerco cuidadosamente, pero no veo a nadie en el pasillo.

-Espérame en la otra puerta- me indica- enseguida saldré yo- asiento sonriente y me besa.

Salgo, ya que estamos en el horario del recreo, no supone ningún problema.

Le espero en un banco que hay en el parque de al lado del instituto, y que casi no pasa nadie por ahí porque está en una esquina.

-¿Vamos?- dice una voz masculina detrás de mi.

Me giro, sonrío, y le beso dándole a entender que si.

Por el camino muchas miradas cómplices y sonrisas se hacen presentes, también, el agarre de nuestras manos que ha iniciado.

-Me llegan a decir que me va a pasar esto, y no me lo creo- suelto en medio del camino
-¿Por?- cuestiona con una sonrisa asomando en su cara
-Me parecía imposible- contesto con sinceridad
-Pues entonces, ya ves que lo imposible no existe- se detiene en un portal, saca sus llaves y abre.

Entramos en el ascensor -en el que por suerte no hay nadie- y Cristian pulsa el botón del tercer piso, pone sus manos en mi cintura, me apega a el y continuamos besándonos.

Las puertas del ascensor se abren, el abre una puerta y entramos en su piso.

Me sigue besando y nuestra ropa va desapareciendo.

Cuando estamos encima del colchón casi desnudos, me mira a los ojos fijamente y puedo verlos más oscurecidos de lo normal, su notable erección me roza.

-¿Eres virgen?- pregunta con algo de preocupación en su cara, niego con la cabeza- haré como si fuera tu primera vez- vuelve a besarme como antes.

Se hace un hueco entre mi espalda y el colchón, y con una sola mano, me quita el sujetador.

Yo de un tirón, bajo su ropa interior y el hace lo mismo con la mía.

Se estira hacia su mesilla, ya que estoy yo debajo de él, coge un preservativo, abre el envoltorio y se lo coloca.

Al principio se introduce lentamente, pero los jadeos y gemidos tanto por su parte como por la mía son alentadores para ir más rápido.

Y así lo hace, acelera el ritmo y ambos llegamos a nuestro ansiado orgasmo.

Yo después de esto, me acerco a el, que me rodea con su brazo y caigo en un profundo sueño.

Pero antes, me parece oír un "Cuanto he esperado esto", por su parte.

*****

Me despierto y noto el dedo de Cristian trazando círculos sobre mi piel.

Me giro y me sonríe, yo repito la misma acción y le beso.

-¿Qué hora es?- pregunto apoyando mi cabeza en su brazo
-Las dos y veinte- mira su móvil
-Joder, me he perdido las tres últimas horas- pongo mi mano sobre mi frente
-No te pondrán la falta, no te preocupes- dice confiado
-Bueno, si tu lo dices, yo te creo- río y el conmigo.

Entre risas y arrumacos, va pasando el rato, hasta que me llama Montse.

(Conversación telefónica)

-Becca-
-Holi Montse- río nerviosa
-¿Dónde has estado?- cuestiona confusa
-Esooo- se oye a Cloe de fondo
-Ya te contaré- no quiero parecer la típica chica que inmediatamente después de que pasa algo, lo va contando por ahí
-Ya me imagino que es, pero mañana, o luego, interrogatorio, lo sabes ¿no?- me imagino que ahora estará arqueando una ceja
-Si si si- contesto rápida, ya que Cristian empieza a rodearme por la espalda y besarme el cuello, mi punto débil- Montse, hablamos luego-
-Vale- ríe- chao- se despide y yo cuelgo.

(Fin de la llamada telefónica)

-¿Quieres comer algo?- ofrece
-Vale- acepto.

Me pongo mi ropa interior inferior, y una camiseta de Cristian.

Le veo en la cocina encendiendo el fuego, me acerco por detrás y le beso.

-Te queda mejor que a mi- dice cogiendo la camiseta por la parte de abajo, besándome de nuevo.





*****





-Mamá, ya estoy en casa- grito al entrar
-Cariño, tu madre está trabajando- viene Rosa, la mujer que lleva trabajando en casa mucho tiempo, y mi confidente
-Ah vale, hola Rosa- le beso la mejilla y ella sonríe
-Ayy mi niña linda- dice con su notable acento sudamericano.

Mi madre también es Sudamericana, pero lleva muchos años aquí en España y no se le nota tanto el acento
-Bueno, después de esta muestra de cariño tan hermosa, ¿me vas a decir dónde has estado?- cuestiona poniéndose en posición de jarra
-No se de que hablas, Rosa-

Río nerviosa para ir hacia arriba, donde está mi cuarto, pero ella se interpone en mi camino antes de que pueda continuar subiendo las escaleras.

-Linda, llevo ya mucho tiempo aquí, sabes que no diré nada a nadie- me mira con sus ojos oscuros a los míos verdes.

Y tiene razón, suspiro y vuelvo a bajar las escaleras para encaminarme con ella a la cocina.

-Tienes razón- admito y ella sonríe
-Cuénteme señorita- me dice mientras empieza a cocinar algo que supongo que será la cena
-Me gusta mi profesor, y mucho- sonrío recordando lo que ha pasado hace menos de una hora
-Ay linda, eso ya lo sabía- ríe a causa de la cara que he puesto- me hablabas de el como si fuera una eminencia y más diciéndome que era joven, blanco y en botella, leche- mi boca se abre de tal manera que no llega hasta el suelo porque mi mandíbula lo impide
-Joder- murmuro- que hacha- río
-Eso no es todo, ¿verdad?- arquea una ceja y yo me dispongo a negar con la cabeza- tengo tiempo para que me lo cuentes ehh, yo aviso- dice en tono de advertencia
-Hoy lo hemos hecho- recuerdo el momento con una tonta sonrisa en mi cara
-¿En serio? Que bonito- lleva ambas manos a su rostro moreno y yo sonrío de nuevo- aunque, es mayor que tu, bueno, eso en cuanto tengas dieciocho años dejará de ser importante-
-Es que Rosa- miro al suelo- lo prohibido atrae, y a mi se me va a salir el corazón del pecho cada vez que veo a ese prohibido- digo sincera.

Cristian es algo prohibido, pero me gusta, desde hace mucho, y no voy a dejar pasar esta oportunidad que "el destino" ha querido darme.

Lo Imposible No ExisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora