Capítulo 45

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-¿Listos para saber qué esperáis?- pregunta la doctora Figueroa sonriendo
-Si- contesta Cristian emocionado
-¿Y la mamá qué cree que va a ser?- esta vez me mira a mi
-Una niña- sonrío esperando haber acertado
-Esa intuición de madre no falla- me guiña un ojo -esperáis una niña muy sana, que ya es una suerte después de haber pasado lo tuyo-
-Entonces, doctora, ¿Becca espera una niña?- cuestiona mi novio y ella asiente.

Llevo mis manos a mi cara, emocionada.

Y Cristian me besa.






*****






Estamos en la cafetería de siempre todos reunidos.

Mando callar hasta que por fin se dignan a hacerme caso y se quedan todos en silencio.

-Chicos, estamos esperando una niña- sonreimos y todos empiezan a aplaudir y a felicitarme
-¿Ya habéis elegido nombre?- cuestiona Montse y yo asiento
-Hemos seleccionado ya- habla Cristian
-¿Y cuáles tenéis?- pregunta Laura
-Verónica. Michelle. Noelia. Esos son los que me han gustado a mi-
-Claudia. Miriam. Rebecca. Eson los que me han gustado a mi- prosigue mi novio y padre de nuestra futura hija -aunque Becca no le quería poner su nombre, así que nada. Me gustan Claudia y Miriam-

Aurora hace un mohín, y Laura y Víctor sonríen triunfantes.

Al igual que también lo hacen Montse, Cloe y Marta.

-Tenemos uno mas en mente- me miran todos esperando mi propuesta -Ainhoa- sonrío
-¿De verdad que Cristina no os gusta?- interviene Alan y yo suelto una carcajada irónica
-¿De verdad crees que le iban a poner Cristina a su hija?- cuestiona Fran con sarcasmo haciendo que todos riamos.

Parece que Alan no entiende a que se refiere mi mejor amigo, hasta que abre la boca sorprendido y pide perdón.






*****






Me siento en la cama, cansada, y coloco un cojín detrás de mi espalda.

Cristian sale solo con una toalla alrededor de su cintura.

Que vistas.

-¿Algo que te guste, cariño?- pregunta con sorna al ver que me he quedado embobada mirándolo
-No es justo- me cruzo de brazos -me tientas y no es justo- se acerca a mi y me besa.

Después se da la vuelta y se viste directamente.

Cristian está perfecto, delgado.

Yo estoy ya de siete meses y me siento como una puta ballena porque estoy así.

-Estás muy guapa con esa tripita de siete meses en la que tienes a nuestra pequeña Ainhoa- habla como si me leyese el pensamiento y yo río
-Gracias cariño- le beso.

Nos dirigimos al salón y Martín está encima de la alfombra que le compramos jugando con unos peluches.

Ya puede gatear e incluso ha caminado alguna vez.

Cristian y yo nos sentamos en la mesa y lo observamos ambos con una sonrisa en la cara.

-Cristian, ¿qué ha pasado con Silvia al final?- noto como se tensa.

No habíamos tocado ese tema aún.

-Ha huido y está en paradero desconocido- niega con la cabeza -el día que te disparó, había dejado a Martín en casa de tu hermano, con Elena- me asombro ante sus palabras y veo como se enfada a medida que habla
-No te es cómodo hablar de esto. Dejemos el tema- pongo mi mano sobre la suya y sonrío.

Nos dirigimos al sofá y yo me siento en la alfombra junto a Martín y juego con el.

Y pensar que dentro de poco yo voy a tener a mi pequeña Ainhoa entre mis brazos para poder jugar con ella al igual que lo hago con el chiquitín de ahora.






*****






Ahora mismo estamos comiendo con mi padre, su pareja, mi hermano y mi cuñada.

-¿Al final cómo se va a llamar mi nieta?- cuestiona mi padre emocionado
-Se va a llamar Ainhoa. Cómo la abuela- le sonrío y mi padre sonríe mas por el hecho de que se vaya a llamar como su madre
-Un nombre perfecto princesa- coge mi mano y sonríe.

César, Raquel y Elena se levantan y nos felicitan.

Nos volvemos a quedar en silencio hasta que Elena y César se vuelven a levantar.

Extrañados todos, les miramos.

-Bueno Becca, siento copiarme- ríe Elena flojamente -pero yo también estoy embarazada-

No

Me

Jodas

-Eso es una buenísima noticia cuñi- la abrazo.

Me alegro mucho por ella y por mi hermano, las cosas como son.

-Me alegro mucho primita- la abraza Cristian.

Yo abrazo a mi hermano y acto seguido mi novio también.

-¿Y de cuánto estás, cielo?- pregunta Raquel con dulzura
-De siete semanas- toca su muy plano vientre, plano de momento.






*****






Estoy a un mes de dar a luz.

Ahora mismo estamos Ruth, Sandra y yo en el piso.

-Sandra, ¿qué tal con Gabriel?- cuestiono con curiosidad a la pelirroja que se ha quitado el septum
-Juzga tu- sonríe y me enseña su mano en la cual hay un anillo en el dedo índice
-¡Felicidades!- la abrazo y Ruth se suma también.

Terminamos de pintarnos las uñas y mientras esperamos a que se nos seque el esmalte vemos un poco la televisión.

Cuando parece que ya están secas, me levanto para ir a la cocina y a medio camino, siento como un líquido resbala entre mis piernas.

Joder, menudo momento para romper aguas.

-¡Chicas, tengo un problema!- grito desde la cocina.

La castaña y la pelirroja vienen corriendo y ven el charco que se ha formado a mi alrededor.

Rápidamente cogen sus chaquetas y me dan la mía y nos dirigimos hacia el coche de la pelirroja.

-Becca, llama a Cristian- me pide Ruth desde el asiento del copiloto.

Así lo hago, saco el móvil y marco el número del castaño de ojos marrones.

Al cabo de cinco minutos y unas siete llamadas, me llama el a mi.

-Por fin- suelto nada mas descolgar la llamada
-¿Qué pasa, cariño?-
-He roto aguas, vamos camino del hospital-
-Joder. Voy corriendo hacia allí-
-Martín está con Laura, han venido esta mañana súper temprano y se ha quedado con él y David- le informo algo agitada
-Vale cielo, ya estoy de camino al coche- me informa y cuelga.

En cuánto Sandra aparca, viene una enfermera corriendo con una silla de ruedas y me ayuda a sentarme en ella.

Rápidamente me llevan al paritorio.

Dentro de nada, voy a ser madre, junto al hombre al que quiero.

Lo Imposible No ExisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora