Capítulo 18

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-¿Qué pasa?- pregunto confundida al ver que ninguno articula palabra
-Becca, hoy es día cuatro- contesta Cristian preocupado
-Pero tranquila, es normal por el desmayo, sólo tienes un poco bajo el azúcar, nada por lo que preocuparse- intenta sonreír- ¿puede venir un momento?- le pregunta a Cristian el asiente, pero antes de irse, deposita un beso en mi frente.

Mientras están hablando me quedo mirando al techo sin saber muy bien que hacer.

Cristian vuelve a entrar y me da un beso.

-Que susto me has dado- dice en mi cuello
-¿Cuando me dan el alta?- intento incorporarme
-A mi no me lo han dicho porque no soy familiar, acaban de llamar a tu madre, ahora vendrá- me informa cogiendo mi mano
-Ah vale- sonrío- anda, sientate aquí conmigo- le pido y el lo hace.

Al rato llega mi madre y detrás de ella, mi padre.

-Becca, cielo- dice mi madre con lágrimas en los ojos.

Vienen los dos y me abrazan.

-Pero, ¿qué ha pasado?- pregunta mi padre
-Señor y Señora Lloret- se levanta Cristian
-Señora Montaner- le corrige mi madre- soy soltera- río un poco
-Bueno, Señor Lloret y Señora Montaner, soy Cristian Galarza, el tutor de Becca- mis padres le dan la mano- ¿pueden venir un momento?- se dirige hacia la puerta de la habitación, mis padres asienten y le siguen.

Ale, venga, otra vez sola en la habitación.

Vuelven a entrar, y mi madre se sienta en el borde de la cama conmigo.

Ambos me abrazan, y Cristian me lanza un beso desde la puerta y yo sonrío.

-Bueno, ¿y cuándo te dan el alta, princesa?- pregunta mi padre
-Ay, Héctor, tu siempre en lo mismo- dice mi madre molesta
-Nieves, perdóname por preocuparme por la salud de mi hija- mi madre lo mira mal, si las miradas matasen, Raquel, mi madrastra, ya sería viuda.
-Por lo que se, hoy la quieren dejar en observación- informa Cristian a mis padres y ellos asienten

-Becca, hoy vendrá tu hermano porque yo no me puedo quedar y tu madre tiene una videoconferencia-
-Además, vendrán tus amigos, os dejamos un espacio- mi madre sonríe y yo se lo agradezco con la mirada.

El rato pasa, Cristian se ha ido, pero luego vendrá, yo he estado un rato con mis padres, y ahora se van.

-Bueno, cariño, cualquier cosa, nos llamas- dice mi madre dándome un beso en la mejilla
-Si no, también está tu hermano- mi padre me da otro beso yo asiento y me despido de ellos.

Al cabo de unos diez minutos, aparece Cristian por la puerta, cuando le veo lo único que puedo hacer es sonreír.

-¿Qué tal estás?- se sienta en el borde de la camilla y coge mi mano
-Bien ahora que estás tú aquí- sonrío y el me da un bonito beso en los labios.

Mientras nos seguimos haciendo arrumacos, aparece mi hermano con su novia por la puerta.

-Becca- viene y me abraza, la siguiente en entrar es Elena, me va a abrazar pero se queda mirando a Cristian
-¿Cristian?- lo mira sorprendida y luego a mi
-¿Os conocéis?- los miro extrañada
-Si, claro- dice Elena dudosa
-Ah por cierto, ¿era pasado mañana lo de conocer a tus amigas, no?-
-Hermanita, creo que te estás equivocando- interviene César
-Chicos, ¿podemos hablar un momento fuera?- dice Cristian levantándose.

Mi hermano lo mira mal, como si desconfiase, como si estuviera enfadado con el.

Mientras que mi cuñada lo mira extrañada simplemente, aunque sigo sin saber de que se conocen.

Salen los tres de la habitación, y cuando vuelven a entrar, entran con Montse y Alan, quienes me miran preocupados, sobretodo la rubia.

-María Rebecca Lloret Montaner- me mira Montse seria- la próxima vez que te encuentres mal y no quieras que avise a la profesora, es que no se que te hago- César y Alan intentan no reírse
-Perdóname, Montserrat Rodríguez Castro- río y la de mechas californianas rosas me saca la lengua
-Ey ¿como estás?- me pregunta Alan
-Mejor, la verdad, gracias chicos- sonrío.

Después de un rato charlando y bromeando con mis amigos y mi hermano, aparece Cristian por la puerta y se queda apoyado en el marco de la puerta.

La postura que ha adoptado le da un toque bastante sexy.

La mirada de Montse se desvía hacia la puerta de la habitación y se sorprende al ver a Cristian ahí.

-Alan, cariño, tengo que hacer una llamada, acompañame porfa- le coge del brazo y el de ojos azules la mira extrañado
-Pero si estamos bien aquí todos- interviene mi hermano, mientras Elena y Montse niegan con la cabeza
-César, cariño, acompañame a por un café- le pide mi cuñada a mi hermano, y este un poco confundido, cede.

Cristian se hace a un lado de la puerta, después entra en la habitación y se sienta al borde de la camilla.

-¿De qué os conocíais Elena y tu?- pregunto recordando acontecimientos anteriores
-Es mi prima, mi prima pequeña- me sorprendo ante lo que me dice
-Os lleváis siete años- digo pensativa
-Si, pero siempre he tenido muy buena relación con ella- recuerda sonriendo
-Ahora que lo pienso, apenas se cosas de ti, tu sabes bastantes cosas de mi familia-
-¿Quieres que te hable de mi familia?- me pregunta sorprendido y yo asiento- bien, pues tengo un hermano tres años menor que yo que se llama Víctor, una hermana diez años menor que yo llamada Letizia, mi padre se llama Mario, y es de aquí de Madrid aunque su familia sea del País Vasco, mi madre se llama Bárbara y es gallega, nací en Vigo, pero a los ocho meses de nacido me vine aquí a Madrid, y ahora estoy aquí, enamorado de una chica de diecisiete años que es mi alumna- en lo último, me coge la mano y deposita un suave y delicado beso en ella
-No conozco a tu familia, pero me gusta- le regalo una sonrisa.

El me sonríe también.

Pero en su sonrisa hay algo, parece un poquito forzada, como si me ocultase algo.

Quiero confiar en el, pero no me gusta nada esa sonrisa forzada.

¿Qué me ocultas, Cristian Galarza?

Lo Imposible No ExisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora