Capítulo 39

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-¿Vamos a ver las notas al tablón?- me pregunta Ruth junto a Sandra y yo asiento.

Nos dirigimos al lugar y empezamos a buscarnos por los apellidos.

Me alegro al ver un bonito 8 al lado de mi nombre y apellidos.

Por las caras que han puesto Sandra y Ruth, ellas también han aprobado.

Nos vamos contentas por el pasillo, el cual ahora está algo solitario y se nos cruza Gabriel mirando a Sandra.

La pelirroja se pone nerviosa y él también.

Ruth y yo intercambiamos miradas y decidimos retirarnos.

-¿Qué crees que les pasa?- cuestiona intrigada la castaña
-Que se gustan- doy mi opinión con toda la tranquilidad del mundo.

Llegamos a la cafetería y veo a los chicos sentados en la mesa.

Aitor se levanta y besa a su novia, la que después se pone como un tomate.

Nos sentamos junto a los demás y vamos hablando de diversas cosas.

-¿Y Sandra?- cuestiona Isaac
-Está... Ocupada- contesto bebiendo de mi café, el de pelo oscuro asiente.

Ruth ríe por mi manera de dar la respuesta y eso provoca que yo también lo haga.

Joaquín está extraño estos días, no me habla, me evita, pero sinceramente, estoy muy tranquila, no le he hecho nada como para que se enfade.







*****






Llego a casa, y lo primero que hago es cambiarme, necesito estar cómoda.

Al terminar, me sirvo en un vaso un poco de Nestea y me siento en el sofá con mi móvil.

Mi teléfono empieza a vibrar indicándome que alguien me está llamando.

Llamada entrante de Mamá

Mierda.

Se me había olvidado por completo llamarla para quedar a cenar.

Tengo que presentarle a Cristian.

-Hola mami-
-Hola cariño, ¿qué tal?- contesta con un tono tan dulce como siempre
-Bien, ¿y tú?-
-Muy bien, ayer Ricardo y yo volvimos de París y la verdad es que es un sitio precioso- me cuenta ilusionada, me alegro de que haya encontrado de nuevo el amor si con mi padre no era feliz
-Mamá, te quería comentar una cosilla- empiezo a estar nerviosa
-Dime cielo-
-Quiero que cenemos porque te quiero presentar a mi novio- consigo decir al fin
-Mi pequeña tiene novio. Bueno, tan pequeña ya no- prosigue en tono bromista -estaré encantada de que me lo presentes, cielo. Mañana veníos sobre las ocho y media o por ahí a casa y le conozco, ¿vale?-
-Claro mami- estoy segura de que ahora está sonriendo al otro lado del teléfono.

Continuamos hablando una media hora mas hasta que ella tiene que irse para volver al trabajo, y mi novio llega a casa.

-Hola cariño- sonríe
-Hola- hago lo mismo que el acaba de hacer.

Vamos a la cocina y hacemos la comida.

-Luego tengo que ir a buscar a Martín a casa de mis padres ¿vienes?- cuestiona mientras recoge los platos
-Vale. Por cierto tengo algo que comentarte- recuerdo la conversación con mi madre
-Dime, soy todo oídos- se vuelve a sentar
-Mañana cenamos en casa de mi madre y así te la presento- digo rápidamente
-¿A qué hora?-
-Sobre las ocho y media tenemos que estar allí- sonrío nerviosa
-Irá bien, tranquila- coge mi mano y la besa.






*****






Nerviosa y con mi mano entrelazada con la de Cristian, toco el timbre de la casa de mi madre.

Tarda menos de un minuto en abrirnos y abrazarme.

-Pasad- se hace a un lado de la puerta y entramos.

La casa no ha cambiado mucho desde que me fui.

Lo único que está ligeramente modificado es la decoración gracias a los objetos que va trayendo mi madre de sus viajes con su pareja.

Le veo en la mesa y me acerco a saludarle.

-Hola Ricardo- le doy dos besos
-Hola Becca. Me han dicho que traes novio- reímos
-Te han informado bien- bromeo.

Cojo a Cristian de la mano y veo ya a mi madre y a mi padrastro sentados en la mesa.

-Bueno, pues él es Cristian, mi novio- suelto sin miramientos.

Mi madre se levanta y le da dos besos mirándolo con una sonrisa.

Ricardo también se levanta y le da la mano.

-Oye ¿y tu a mi de que me suenas?- mi madre mira de arriba a abajo al castaño.

Se queda unos segundos pensativa y al cabo de unos instantes, reacciona.

-Era tu tutor, ¿verdad?- esta vez se dirige a mi
-Si- contesto en un hilo de voz
-Ahora entiendo porque hablabas tanto de él- mi cara en estos momentos debe de tener un color rojo muy intenso
-¿Hablaba mucho de mi?- pregunta Cristian con autosuficiencia mientras nos sentamos y Rosa sirve la cena
-Si, parecias una eminencia- prosigue mi madre -me acuerdo cuando le pasó lo del desmayo, el hecho de que estuvieses allí me pareció muy profesional por tu parte- le halaga mi madre
-Bueno Nieves, a mi Becca ya me gustaba mucho antes de eso- mi madre sonríe al escuchar eso
-Se os nota lo enamorados que estáis y yo no voy a ser quien os prive de disfrutar de vuestro amor- en mi cara se instala una sonrisa de oreja a oreja al escuchar lo que ha dicho mi madre.

En este momento estoy siendo muy feliz.

Mi familia acepta mi relación con Cristian.

Y lo mejor es que tengo una relación con Cristian.

Rosa trae cuatro copas y la botella de champagne que guarda mi madre para las ocasiones especiales según ella.

Empieza a servir la bebida copa por copa y cuando termina, mi madre le da permiso para retirarse.

Mi madre alza la copa y nos mira con una gran sonrisa.

-Por vosotros, que duréis mucho tiempo- sonreimos todos y juntamos nuestras copas
-Y por vosotros, que también duréis muchísimo tiempo- hablo yo esta vez.

Volvemos a juntar nuestras copas en un sonoro brindis.

Pasamos un rato divertido, y se me ocurre subir a mi cuarto junto a Cristian.

Llego al lugar deseado y nada ha cambiado.

Sigue mi corcho con fotos y pósters.

Me dirijo a la cómoda y abro uno de los cajones encontrándome ahí mi cuaderno verde de anillas blancas en el que le escribí a mi actual pareja mis sentimientos.

-¿Qué tienes ahí?- se acerca a mi
-Un cuaderno- contesto simple
-Vaya cariño, no me había dado cuenta- dice con ironía -a ver- intenta abrirlo pero se lo impido
-Algún día cariño, algún día-

Lo Imposible No ExisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora