Capítulo 30

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Llego a la cafetería en la que he quedado con mis amigas y cuando veo a mis amigas, me siento junto a ellas.

-¿Qué coño te ha pasado en la cara?- me pregunta Cloe horrorizada
-Pues cuando Cristian y yo estábamos en la habitación, entró Silvia y me pegó- les relato a medias lo ocurrido
-¿Habitación? ¿Qué hicisteis guarrilla?- me mira Marta picaramente y me da un codazo suave
-Eso eso- me insta Montse.

Comienzo a relatar todo lo ocurrido y en varias ocasiones no puedo evitar sonreír.

La cena, el brindis, el paseo de después de la cena, cuándo hicimos el amor en la habitación del hotel...

-Joder. Yo hubiera querido citas así- comenta Laura al borde de la risa.

Todas reímos.

-O sea, que os lo pasasteis bien, ¿no?- interviene la rubia de mechas rosas y yo asiento
-¿Vosotras creéis que ha cambiado?- pregunto con algo de... ¿miedo?
-Becca, mi primo nunca dejó de quererte- esta vez se mete Elena.







*****






Apoyo mi cabeza sobre su pecho y el acaricia mi hombro desnudo.

-Cristian-
-Dime-
-¿De verdad que no te importa que sea quince años menos que tu?- cuestiono mirándolo a los ojos
-No te voy a negar que es extraño. Pero es que si estoy enamorado de ti, me da igual que tengas quince años menos que yo- aparta un mechón de pelo de mi cara y deposita un beso en mi mejilla.

La cual ya se está curando debido al golpe que me dio la madre del hijo del hombre del que estoy enamorada.

-Voy a ducharme- le informo levantándome y cubriéndome con la sábana
-Tenemos que ahorrar aprovechando el agua- apoya su barbilla en mi hombro
-En ese caso creo que será mejor un baño- lo miro pícaramente y el sonríe.






*****







-Una cosa- digo captando su atención -Francisco sabía lo nuestro ¿verdad?- el asiente
-Se dio cuenta porque nos mirábamos mucho y cuándo no nos hablábamos yo te miraba demasiado. Le tenia confianza, se lo conté y el no se lo ha contado a nadie- me acerco a el y me siento en su regazo
-Es que uno de los días, se acercó a mi y podría decir que me lo dio a entender sin realmente decírmelo- comento recordando -y luego las imbéciles de Celia y Cristina empezaron a chincharme con que me había tirado a mi tutor- digo eso último imitando la voz de una de las arpías
-A Cristina creo que se le acaba el plazo en el instituto, y a Celia le toca ir a un instituto de Guadalajara- me comenta pensativo y yo no puedo evitar alegrarme.

Pasa el rato, recogemos, nos cambiamos y salimos de casa.

A Cristian le toca ir a su casa y a mi me toca ir a la de mi padre.

Así es, no estábamos en su casa ni en la mía.

Estábamos en un apartamento que Cristian ha alquilado.






*****






Estamos en el centro de la ciudad Laura, el pequeño David, Elena y yo.

La rubia como tiempo atrás se sabe, se casa y está buscando un vestido para el gran día.

La morena y yo somos sus damas de honor.

Entramos en una tienda muy bonita porque uno de los vestidos del escaparte ha llamado la atención de mi cuñada.

Una vez dentro, se prueba muchos vestidos y nosotras le damos nuestra opinión.

Lo Imposible No ExisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora