7 años después...
-¿Así estoy bien, mamá?- pregunta mi hija dando una vuelta delante de mi con su vestido azul
-Estás muy guapa cariño- me agacho, le arreglo la coleta y ella da un beso en mi mejilla
-Tengo ganas ya de ver al primo David y de ver a Alaska-
-Yo también tengo ganas de verles- dice mi marido haciendo acto de presencia en el cuarto de nuestra hija pequeña
-Papá- se abalanza sobre él y sonríe marcando sus arrugas de expresión.A sus 42 años, Cristian, está muy bien y yo con 27 no puedo quejarme.
Él se acerca a mi y me da un bonito beso en los labios.
*****
Llegamos al local donde nos reuníamos siempre y donde Cristian me pidió que me casara con el.
Muchos de nuestros amigos ya nos están esperando.
Otros todavía no han llegado.
A la primera a la que veo es a Laura con Fran, rápidamente me acerco a ellos y los abrazo con efusividad.
El bebé que estaba esperando Laura, era una niña, la llamaron Alaska.
-Tía Lau, tío Fran- llama la atención Ainhoa
-Pequeñina. ¿Qué tal?- cuestiona Fran poniéndose a la altura de la pequeña
-Muy bien- sonríe enseñando sus dientes de leche -tía Laura- llama la atención de la morena y esta se agacha
-Dime cariño- sonríe
-¿Dónde están Alaska y David?-
-Allí cielo- le señala el jardín y ahí puedo ver a mis dos sobrinos y al pequeño Eric, mi otro sobrino e hijo de mi hermano.Mi hija, junto a Martín, se va corriendo hacia el lugar y se pone a jugar con los otros niños.
Veo llegar a Montse de la mano de Alan y de la pequeña Álex.
Así es, el nombre que tenía ella de sugerencia para chico se lo puso a su niña.
-Tía Becca- corre hacia mi la pequeña rubia de ojos azulados
-Hola cariño- beso su mejilla y sonríe
-Tío Cristian- abraza a mi marido y yo mientras saludo a mis amigos
-¿Dónde están Ainhoa y Martín?- pregunta mi sobrina y yo le señalo el lugar al que va corriendo.Mas tarde llegan Marta y Saúl con el pequeño Adrián y también veo a Ruth con Aitor y la pequeña María Rocío.
Ambos pequeños se van corriendo con los demás pequeños.
-Que cansada estoy- comenta Ruth
-Ser padres no está pagado. Pero es una bendición ver como te sonríen y como te dicen que te quieren- reflexiona Laura en voz alta y todos concordamos con ella
-¿Sandra y Cloe vendrán?- pregunta Marta
-Cloe si, Sandra no lo se- contesta Montse encogiendose de hombros
-Sandra vendrá- interviene Ruth.Y efectivamente como dice la castaña, aparece la pelirroja bajando de su coche con su marido y sus mellizos. Lucas y Sara.
Y en menos de dos minutos, aparecen Eva y Cloe junto a Juan y Kyle y la pequeña Kendall Amelia.
La niña sin preguntar, solo saludándonos brevemente, oye el bullicio en el otro lado y se va corriendo.
Por último llegan Letizia y Ryan con la pequeña Brianna Marie y Aurora y Julio con los pequeños Oliver y Javi.
Todos los niños, que en total son doce, están en el jardín del establecimiento jugando.
*****
-¿Y qué os contáis?- cuestiona Montse
-No mucho- llevo el vaso con Nestea a mi boca y doy un sorbo -me ha tocado un caso de un robo- me encojo de hombros
-A mi uno de un divorcio- comenta Ruth
-A mi me ha tocado una demanda por vandalismo medioambiental- interviene Sandra
-Joder, vais completas- murmura Cloe -a mi me han cogido en una empresa para llevar la parte de marketing- sonríe
-La misma empresa en la que nosotras estamos en el departamento de diseño gráfico- comenta Marta, haciendo alusión de ella y de Montse.Marta, y Montse estudiaron arte gráfico y audiovisuales. Están en la misma empresa que Cloe.
Juan y Kyle estudiaron arte dramático e interpretación.
Sandra, Ruth y yo estudiamos derecho y estamos ejerciendo como abogadas.
Cloe estudió publicidad y marketing.
Alan y Saúl estudiaron química farmaco-biológica y están ambos ejerciendo en un centro de investigación.
Aurora estudió danza moderna y hip hop, y está de bailarina en un programa de televisión.
Gabriel y Cristian, siguen ejerciendo de profesores, y ambos están contentos con su profesión.
Todos hemos triunfado en lo que es el sentido profesional y es algo que me hace muy feliz.
Pero también hemos triunfado en lo que a la felicidad se refiere.
Casi todos casados y con hijos.
Unos hijos maravillosos.
Y en mi caso, jamás creí que esto podría pasarme.
Me enamoré de mi profesor de biología a los dieciséis años.
Empezamos a salir de manera oficial cuando yo tenía diecisiete.
Me fui a vivir con el a los dieciocho y me quedé embarazada.
A los diecinueve me casé con él, el amor de mi vida.
A los veinticinco me gradué en la carrera de derecho.
A los veintisiete me he especializado, y ya estoy ejerciendo de lo que me gusta.
Vivo en un piso precioso con mi pareja, mi hija y un niño fantástico al que también considero mi hijo.
Ahora mismo puedo saber, con certeza, que no podría ser mas feliz.
Ahora, en este preciso instante, todos están contentos y riendo.
Yo les observo con una gran sonrisa en mi cara, demostrando así, la alegría que siento por rodearme tanto con la gente a la que quiero.
Estoy tan absorta en mis pensamientos que ni siquiera me he dado cuenta de que Cristian lleva un buen rato observándome.
Río avergonzada y el rodea mi cintura con su brazo.
-¿En qué piensas?-
-Simplemente pienso en la suerte que he tenido. Nada mas- me encojo de hombros y sonrío, haciendo que el copie mi acción achinando sus bonitos ojos marrones
-¿Suerte?- cuestiona algo confundido
-Si. Suerte. Tengo al amor de mi vida, dos hijos maravillosos, trabajo de lo que me gusta, mantengo mis amistades del instituto y la universidad. Es que no puedo pedir mas- sonreímos los dos.Ambos brindamos con las copas de champagne que llevamos en la mano y nos damos una mirada de complicidad.
Ahora es cuando puedo decir una cosa muy simple que tampoco se puede decir a la ligera.
Pero en mi caso, puedo.
Soy feliz, y mi felicidad es plena.
ESTÁS LEYENDO
Lo Imposible No Existe
Storie d'amoreRebecca, es una adolescente como todas las demás, tiene amigos, va al instituto (y lo odia), de fiesta, etc... Ella es divertida, amable, está ahí cuando la necesitan, pero detesta estudiar con toda su alma y no es muy responsable en el sentido est...