Después de mucho rato bailando, todos los invitados se van, y nosotros nos vamos a nuestra suite nupcial.
Entramos en la habitación y lo primero que hacemos es besarnos.
Después de varios intentos, me quita el vestido y me quedo con el conjunto de lencería roja que he elegido especialmente para esta noche.
Me besa el cuello con delicadeza, y después, habiéndome puesto frente a él, coloca sus manos en mis caderas y de un impulso tengo mis piernas entrelazadas en su cintura.
Nos tumbamos en la enorme cama que hay en la habitación y esta vez quien toma la iniciativa del beso, soy yo.
Mientras nos besamos, recorre mi espalda con su mano, buscando el broche de mi sujetador.
Cuando lo encuentra, lo desabrocha y lo tira.
-Eres preciosa, cariño- coloca su mano en mi barbilla obligandome a mirarle
-Y tu, cariño- sonrío tiernamente
-¿Yo también soy preciosa?- imita un tono pijo y afeminado provocando que ría
-Eres el mejor marido que podría tener- pongo mi mano sobre su mejilla y él la besa
-Y tu la mujer que todo hombre querría- con esta última frase seguimos basándonos.Segundos mas tarde ambos estamos completamente desnudos.
Él coge un preservativo, se lo coloca y me penetra dulcemente.
Tras unas cuantas embestidas, llegamos al clímax.
Una vez mas, ambos nos cubrimos con las sábanas, él me rodea con sus brazos y caigo profundamente dormida.
Soy feliz.
Estoy casada con un hombre maravilloso al que quiero desde hace muchísimo tiempo.
Tengo el apoyo de nuestras familias.
Y lo mas importante, unos hijos maravillosos.
*****
Cierro la última maleta y la meto en el maletero del coche.
Nos vamos de luna de miel, una semana.
Martín y Ainhoa se quedarán unos días con los padres de Cristian.
Y él, todavía no me ha querido decir a donde iremos porque según él, es una sorpresa.
Solo se que lo sabe todo el mundo, incluso mis padres y amigos, menos yo.
Conduce hasta el aeropuerto y cuando bajamos, sacamos las dos pequeñas maletas y mi bolso.
-¿Lista?- pregunta a mi espalda y asiento emocionada.
Nos dirigimos al control y en cuestión de minutos, nuestras maletas ya están facturadas y nosotros sentados en el avión.
-Estimados pasajeros- se escucha por megafonía -se ruega por favor mantengan los dispositivos móviles así como teléfonos o tabletas apagados o en modo avión, por causas de seguridad- todo el mundo, incluidos nosotros empezamos a apagar móviles y tabletas -esperemos que su viaje a Palma de Mallorca se haga ameno y lo disfruten. Gracias-
Cuando la azafata se calla, no puedo creer que es lo que he oído.
Mis ojos se ensanchan a mas no poder, y veo a Cristian observarme con una gran sonrisa en su rostro.
-¿Me llevas a Mallorca?-
Besa mi sien y enfoca sus ojos marrones en los míos verdes.
-Quiero que compartas conmigo el lugar de tu infancia-
ESTÁS LEYENDO
Lo Imposible No Existe
RomanceRebecca, es una adolescente como todas las demás, tiene amigos, va al instituto (y lo odia), de fiesta, etc... Ella es divertida, amable, está ahí cuando la necesitan, pero detesta estudiar con toda su alma y no es muy responsable en el sentido est...