Capítulo 29

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El castaño coge mi mano y yo, por primera vez en mucho tiempo, sonrío por un gesto como ese.

-¿Sabes que la diferencia de edad me importa una mierda, verdad?- susurra en mi oído provocando que otra sonrisa se instale en mi rostro
-Soy consciente de ello- aseguro queriendo reír
-Quiero invitarte a cenar- clava sus ojos marrones en los míos verdes a la vez que yo siento mis mejillas arder
-¿Cuándo?- sonrío
-El viernes- asiento, dándole a entender que acepto y quiero -pasaré a buscarte- besa mi mejilla.







*****








-Becca, cálmate ya- me ordena Montse
-Tengo una cita en menos de dos horas- comento tranquila -¿¡Cómo cojones esperas que me calme!?- cuestiono alterada
-Respira hondo por favor- me pide Cloe tranquila y decido hacerle caso
-Que va a ir todo genial- me anima Laura
-Pero ¿y si no le gusta como me queda la ropa? ¿o si ya no le gusto yo?- cuestiono alterándome de nuevo
-Reina, si te ha pedido una cita será porque le gustas, digo yo- interviene Juan como si su teoría fuera la mas obvia del mundo
-Tiene razón, si a mi primo no le gustaras no te habría pedido una cita- concuerda Elena con el castaño claro y eso me tranquiliza de alguna manera.







*****







Un vestido rojo que me llega a la mitad del muslo y unos tacones negros son mi atuendo para la cita que tengo con Cristian en menos de media hora.

Montse y Elena retocan mi pelo, han hecho unas bonitas ondas en las puntas.

Cloe y Laura se han encargado del maquillaje y les ha quedado bastante bien.

Llevo rímel, brillo labial y algo de sombra de ojos con brillo.

Simple pero bonito.

Ultimamos los detalles que faltan y por fin acabamos.

Tocan el timbre y yo doy un brinco del sofá.

Es él.

Elena se levanta para abrirle, y mientras Cloe, Montse, Juan y Laura me dan ánimos.

Salgo a la puerta y ahí está.

Y que guapo está.

Lleva un traje negro y una camisa blanca que le sientan estupendamente.







*****







Es un restaurante precioso al que me ha traído.

El camarero nos sirve vino en nuestras respectivas copas y se va.

-Por nosotros- dice Cristian alzando su copa.

Yo también alzo mi copa y brindamos para después beber.







*****







-No quiero que esta noche se acabe- confieso mientras él fuerza nuestro agarre de manos
-No tiene porque acabar ahora- me mira directamente
-¿Ah no? ¿Y qué se te ocurre?- enarco una ceja
-Tu. Yo. Una habitación de hotel. ¿Qué te parece?- susurra en mi oído causando un escalofrío en toda mi espina dorsal.

Deshago nuestro agarre y rodeo su cuello con mis brazos atrayéndole mas a mi.

Junto nuestros labios y el vuelve nuestro beso algo mas pasional.







*****







Abre torpemente la puerta con la tarjeta que nos han dado como llave.

Una vez dentro de la habitación, introduce la tarjeta en la ranura del interruptor y la luz se enciende.

Veo sus ojos muy oscurecidos y sus labios algo hinchados.

Lo Imposible No ExisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora