CAPITULO 4

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Hace unos minutos que Bryan se fue, fui inmediatamente a bañarme, maldita sea, al parecer mis padres y mi hermano fueron a ver a mí abuela, me llamaron hace unos minutos. Ahora estoy acostada en mi cama, veo mi mano, una venda la cubre, me senté y tome el cúter, quite la venda e hice salir el cúter, empecé a cortar mi mano, ardía horrible pero dolía menos que la realidad. Luego de destrozarme los brazos de nuevo deje el cúter lleno de sangre a un lado y luego me doy cuenta de que las sabanas se mancharon de sangre, me da igual, mis padres volverán hasta el siguiente día. Tomo mi celular y veo, cuatro mensajes de Annia. Los abro.

"Amiga, escuche que te fuiste de compras con Alonso, que bien."

"Si iras a la fiesta ¿cierto?"

"Zoe, ya me preocupaste, ¿Dónde estás?"

"¿Quién crees que me pidió tu número? Así es, Alonso."

-Alonso-dije en un hilo-...

Flashback.

... Camine a mí casillero, saque un cuaderno y una pluma y cuando estuve por cerrar el casillero una mano detuvo la puerta. Me asuste. Era un chico de cabello rojo cobrizo, ojos azules con toques verdes y piel blanca, un poco más alto que yo...

Fin del flashback.

-Dios... ¿Por qué a mí?

Me recosté dejando que la sangre brotara y de un momento a otro me dormí. El sonido del celular me despertó, todo estaba oscuro, talle mis ojos y mire el identificador: Desconocido. -"Podría ser Alonso"-pensé, así que conteste.

-Hola-dije algo adormilada-.

-Hola Zoe, soy Alonso.

-Hola, Alonso.

-¿Estás bien?

-Amm... no iré a la fiesta.

-Claro que vendrás, pasó por ti en media hora.

-Alonso...

Ya no dije más, había cortado la llamada. Seguí acostada, llorando, no me moví para nada; más tarde escuche un auto, seguramente Alonso, volvió a sonar mi celular.

-Estoy afuera, abre.

-Está abierto pasa, estoy en mi cuarto. Primera puerta subiendo las escaleras.

Colgó y en menos de un minuto ya estaba a mí lado.

-¿Qué paso?-se sentó frente a mí-.

-saque mi mano de debajo de las cobijas-. Esto...

-¿Por qué fue ahora?

-Él... entro, me toco y...

-Bryan volvió a...-llore más-. Escucha, te vas a levantar, te pondrás esa ropa y nos iremos a mí casa.

-¿Qué? no, Bryan estará ahí y...

-No te la vas a pasar huyendo de él... vas a ir como si no hubiera pasado nada.

-Insinúas que debo fingir que no paso.

-Es una de las mejores maneras, es... debes si, debes fingir que no paso nada... finge una sonrisa por favor.

-Está bien... ¿me esperas abajo?

Su respuesta fue una sonrisa. En cuanto salió de mi cuarto, fui a lavar mi brazo, salí y me puse la ropa que Alonso me había comprado, cepille mi cabello y lo agarre en una coleta dejando un gran mechón caer por mi ojo, me maquille como siempre y pinte mis labios de un tono rojo oscuro. Me mire por última vez al espejo, baje la mirada y salí. Alonso estaba mirando los cuadros de mi pared.

ANGEL SUICIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora