Zoe: Después de hablar con Annia, me convenció de decirle a Alonso lo que sentía, además de decírselo a Freddy y me dijo que a Alan, aunque no entendí porque. Llegue a casa de Alonso y no estaba, al parecer aun no llegaba. Me senté en las escaleras a esperar a que llegara. Me había quitado el suéter, lo había guardado en mi mochila, miraba mis cortadas y las ganas de llorar me inundaban. Luego de unas horas, unas luces me cegaron, levante la mirada y vi a Alonso llegar. Me puse de pie y luego de que abriera la casa le dije.
Estaba sentado en el sofá con las manos sobre su rostro, no me decía nada solo me miraba y negaba.
-Es que no es posible Zoe...
-¿Por qué no es posible? No sé porque te lo dije, es obvio que alguien nunca se fijaría en alguien como yo... una sui...
-Yo también lo soy... lo era, y créeme que somos los más sinceros... es que me tomaste por sorpresa.
-¿Por qué te sorprende? Cualquier chica se enamoraría fácilmente de ti... fui una de ellas...
-Es que...
-Yo no seré como Margo Farell.
-se puso de pie-. ¿Quién te conto de ella?
-Eso no importa... Alonso-tome su mano-, no solo siento atracción por ti... es algo más.
Me acerque, me puse de puntillas y lo bese, él estaba inmóvil, pero aun así me correspondió. Puso sus manos en mi cintura y comenzó a retroceder, mis manos estaban acariciando su cabello por detrás, topo con el sofá y se sentó, haciéndome sentarme sobre él, me asuste así que me aleje pero no me quite de encima.
-¿Qué pasa?-dijo-.
-Es que... esos recuerdos...
-beso mi cuello-. Olvídalos, yo no te lastimare-dijo en un susurro-.
-De eso estoy completamente segura.
Lo atraje hacia mí para volver a besarlo. Él empezó a subir mi blusa y a besar mi cuello, mi corazón se acelero más de lo que pensé. Se alejo.
-¿Puedo?-me dijo tiernamente-.
-¿Qué?
-Ver tu cuerpo.
Sonreí y asentí. Quito lentamente mi blusa, acaricio mi abdomen, estaba helado.
-reí-. Lo siento, es mi temperatura normal.
-No importa... yo te abrigo.
Lo volví a besar, mientras él me acariciaba la espalda sin tocar el broche de mi sostén. Fue demasiado tierno e inocente lo que dijo, pedirme permiso para quitarme la blusa fue... lo mejor. Me levante, tome su mano.
-Llévame a las estrellas.
-Vamos a la nave.
Reí; subimos las escaleras y entramos a una habitación, yo cubría mi cuerpo con mis manos, escuche como cerraba la puerta, y puso algo de música, sonó sin bandera, hace mucho no oía esa banda, sonreí, luego sentí sus frías manos en mi cintura, esto me hizo sobresaltarme un poco, realmente era frio en todos los sentidos. Me gire y desabotone su camisa, la deje abierta y acaricie su bien formado abdomen, lo mire a los ojos y él, tomándome por las mejillas, me volvió a besar echándome hacia atrás en la cama, sin dejarme caer de golpe, se separo y bajo sus besos a mí cuello, mis pechos hasta llegar a mi abdomen, arquee un poco la espalda; sentí sus manos en mi pantalón, respire aceleradamente, supongo que se dio cuenta, pues solo acaricio la orilla del pantalón, se quito la camisa dejándola a un lado de mí y se puso sobre mí apoyando sus manos a mis lados, lo mire sin parpadear y se agacho para tomar mis labios nuevamente, luego de un momento, pase mis manos desde sus hombros, por su pecho, abdomen y tope con su cinto, encontré la manera de desabrocharlo y lo hice, él se alejo y me miro. No dijo nada pero lo entendí, asentí, se puso de pie y me ayudo a sentarme, desabroche el pantalón, estuve indecisa en bajarlo así que recargue mi mejilla en su abdomen y lo mire. Tomo mis manos y haciendo que me parara, me beso y acariciando mi espalda desde la orilla de mi pantalón, llego al broche del sostén, me aleje, como un rayo lo que Bryan me hizo apareció, negué.
ESTÁS LEYENDO
ANGEL SUICIDA
Teen FictionDicen que los suicidas son cobardes pero si yo te dijera, "toma esa navaja y córtate" tú no lo harías ¿cierto? Solo por el hecho de que duele... ahora ¿Quién es el cobarde? ¿Tú o yo? Mi nombre es Zoe y soy una suicida, no elegí serlo simplemente...