ANGEL SUICIDA

CAPITULO 20

PARTE #4 

-¿Todo bien?

-Margo, lo mejor será que te vayas.

-Claro-se levanto y se vistió-... ¿Así que regresamos?

-Solo cuando Zoe nos mire.

-Mm, me conformo-se acerco a mí-con un buen sexo cada semana y hago todo lo que quieras.

-Okey.

Sonrió y beso mis labios, luego se alejo y se fue.

Flashback.

-Estoy... con alguien.

-¿Qué?

-Lo mejor será que ya no hablemos nunca... volví con Margo.

-¿Qué?-su voz se entrecorto-.

-Lo siento.

-¡No, espera... no me puedes hacer esto, no puedes!

-Adiós.

-¡¡Alonso!!

Fin del flashback.

-¿Por qué Zoe? ¿Por qué?

Flashback.

Mientras Margo dormía decidí entrar a revisar mis redes, apareció en Twitter tendencia #aguasconelaguamansa entre a ella y vi algo que desearía no haber visto nunca.

-¿Zoe?-susurre-... Bryan

Comencé a leer, no había comentarios, solo un link para pasar a Facebook y lo hice, entre y vi la sarta de obscenidades que le decían. Aunque me dolió hasta el alma ver como se entregaba a ese hijo de puta no quería decirle nada, sin embargo cuando me di cuenta ya le había escrito.

-¿Por qué me hiciste esto?

Fin del flashback.

Las lágrimas salían de mis ojos sin previo aviso. Zoe me engaño y me dejo porque seguramente se sentía culpable de lo que hizo con Bryan.

Flashback.

-Creo que... hasta aquí llego esto.

-¿Qué?-los nudos en mi garganta empezaron a acumularse, los sentía-.

-Lo lamento pero... ya no... Ya no quiero seguir con esto.

-¿Por qué?

-¡Porque no, solo...! olvídalo.

Se dio media vuelta pero la sujete por un brazo haciéndola girar y verme a los ojos.

-Esto no puede ser, no puedes dejarme de un día para otro sin razón.

-Las tengo, pero no las diré.

-Zoe, mírame a los ojos, dime que me amas, dime que quieres estar conmigo, que no te importa nadie más...

-me miro a los ojos-. Lo lamento.

Y se fue, se alejo sin decir más, dejándome roto, completamente roto.

Fin del flashback.

-Maldita la hora en que me fije en ti... maldita la hora en que sobreviví... dijiste que no sería igual que con Margo... fue peor.

Me desconocía, estaba llorando inconsolablemente. Tenía mucho que no lo hacía, sinceramente. En eso el timbre me hizo levantarme, vestirme y lavarme la cara. Mis ojos estaban rojos, mi voz ronca, me sentía pésimo. Solo me puse una pantalonera que usaba para dormir y un suéter holgado, hacia un poco de frio.