Él como todas las noches en que todos se dormían y no había ningún alma rondando la inmensa casa; subía hasta el cuarto elegante del joven que deseaba desde la primera vez que lo vio.
Se introdujo silenciosamente en la cuarto donde siempre encuentra dormido al joven; casi desnudo.
Camino hacia él viendo la delicada silueta delgada a través de las mantas de seda cálidas. Su respiración y su vista estaban comenzando a nublarse debido a la excitación que sentía solo con ver el cuerpo del pequeño muchacho.
Tomó con delicadeza los bordes de las mantas y las fue bajando lentamente, deslizando con las yemas de los dedos la espalda suave y blanca al pasar las mantas. Se mordió el labio inferior con fuerza, le calentaba ese cuerpo en sobremanera sin ningún tipo de esfuerzo.
El muchacho estaba como siempre en unas bragas finas de encaje rojo de cuero, nadie en la casa sabían que al hijo del patrón le gustaba usar bragas de mujer, a excepción de él claro.
Se sentó en la silla que había al lado del mueble de la cama y con sus ojos verdes penetrantes y fríos, se empezó a imaginar toda variedad de cosas sucias y exóticas mientras sacaba de su bóxer el gran y grueso miembro que saltó al aire, dejando ver cuan grande era.
Y ahí se masturbo; viendo al pequeño muchacho sin inmutarse ni un poco en lo que aquel hombre estaba haciendo en su mente con su cuerpo, lo que se imaginaba.
Pero muy pronto dejaría de masturbarse. Porque pronto haría a ese pequeño muchacho suyo. De su propiedad. Suyo.
Portada hecha por: Wuilder2000
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Deseo y Posesividad
Ficțiune adolescențiEl joven Keylan Elizondo llega al rancho millonario de su familia, atrayendo las miradas al instante de los peones, ¿y quien no? Keylan tenía un cuerpo de infarto, pero no como el de un hombre, si no como el de una mujer, ese culo grande y bien par...