Deseo y Posesividad

Capitulo 27

—Calllate y deja escuchar.

—¿Escuchar qué? ¿La nada?

—La voz que nos dice el avión. Escuchen bien.

—Ya cállense los tres.

Dereck, Cristian, Patrick y Dylan se es cortaban en el aeropuerto, se habían escapado por Keylan. Debían recuperarlo. Dereck se encontraba desesperado, caminado de un lado a otro, desesperando y poniendo nerviosos a los demás.

—Tú deja de caminar así. Me pones nervioso —confesó Dylan. Ver a Dereck caminar así, hacia que se le pusieran los nerviosos de punta.

Si el padre de Keylan los descubría estaban en condena de muerte. Literalmente.

—Personas con destino a London, Londres. Pasen a abordar el avión 1-4 por favor —se escucho en todo el aeropuerto la voz mecánica. Ahora nada podía salir mal.

—¡Vamos! —grito Cristian para, rápidamente agarrar sus dos maletas e irse corriendo sin esperar a los demás. Sin escuchar los llamados de Patrick. Cristian era como Dereck, impulsivos ya que ambos se fueron corriendo. Aunque a Dereck no lo vieron y por eso no le gritaron a él.

—Boleto de avión —les dijo el muchacho a Dereck y Cristian que atendía y vigilaba que nadie pasara sin un boleto de avión.

—Dame... Tenga —Cristian por ambos le entrego los boletos al muchacho joven.

—Dejen sus maletas aquí por favor. Revísenlos.

Dos hombres más aparecieron y empezaron a revisarlos, no podían traer objetos metálicos. Cuidando no saltarse nada los dejaron irse por sus maletas que estas también revisaban. En el momento en que se las devolvieron llegaron Dylan y Patrick tranquilos. A ellos también les hicieron lo mismo.

—¿Cuáles son los asientos? —pregunto Dereck una vez que estuvieron dentro del avión.

—Son... 1-A, 1-B, 1-C y... 1-D... Aquí.

Se sentaron en sus respectivos asientos. Las personas que viajaban a Londres estaban llegando, poco a poco, hasta que por fin no falto nadie. El avión empezó a despegar y los nervios de Dereck aumentaron y preguntas y preguntas abarrotaron bruscamente su mente. Provocándole un leve dolor de cabeza. ¿Qué diría Keylan cuando lo viera ahí, en Londres? ¿Le daría gusto verlo? ¿O si ya se olvido de él? ¿Si Julio y Keylan ya lo...? No quería ni pensarlo. Ahora solo debían encontrar en donde se encontraban exactamente Keylan.

—A este paso llegaremos en un siglo —bufo Patrick. Por algo no le gustaban los aviones. Le tenía miedo a las alturas, por eso él y sus padres viajaron en coche hasta el rancho por Cristian que inesperadamente se había escapado de New York. Que irónico, ahora él también se estaba escapando. Sus padres se habían ido el mismo día que vio a Keylan por primera vez en años.

—Deja de quejarte. Miedoso —se burlo Dylan. Sabia que Patrick le tenía horror a las alturas. Y de ahí su odio a los aviones. Aunque le daba algo de gracia ya que Patrick tenía veintidós y él apenas diecinueve. Y le daban diversión las alturas.

—Cállate.

Cristian sonrío un poco, al menos esos dos lograban aligerar el ambiente nervioso que había entre ellos. Pero no de Dereck, él solo quería llegar y ver a Keylan, abrazarlo y besarlo como nunca había besado a nadie. Con amor.Solo te dirán que esperar una horas eternas, al menos para ellos, para llegar a Londres. Para llegar a Keylan.

Continuará...