Keylan estaba apunto de estallar de la felicidad. Por fin había acabado la sesión. Por fin se podía quitar esa ropa incómoda. Aunque claro no espero mucho ya que una de las chicas fue por él para que se cambiara. Entro a la habitación con la chica detrás de él y la cerro o, eso pensaba. Las chicas empezaron a desmaquillarla y a quitarle toda la ropa hasta dejarlo en bóxers, Keylan antes de que le quitaran la ropa se había cambiado de ropa interior con la excusa de que tenía que ir al baño. No dejaría que alguien que no fuera Dereck las viera.
En otra parte no muy lejos de la habitación de Keylan, se encontraba Dereck. Esperando ansioso que salieran las mujeres de ahí para limpiar a Keylan en donde ese sujeto le había tocado. Vio como las chicas poco a poco salían, cada una cargando algo diferente. Las chicas pasaban junto a él y una que otra le coqueteaba descaradamente. Así era siempre. No había chica que no se le resistiera. Cuando las vio salir a todas y escuchar como bajaban por las escaleras, se dirigió a grandes y rápidas zancadas hasta la habitación de Keylan. Encontrándolo acostado en la cama boca arriba, tenía sus ojos cerrados, su cara se veía algo roja por el maquillaje que le habían quitado con talladuras de pequeñas toallas húmedas con el desmaquillante.
Sonrío entrando y cerrando la puerta con pestillo; despacio y cuidadosamente. Sin hacer ruido y con pasos grandes se dirigió a Keylan, poniéndose sobre él. Keylan al sentir un peso sobre él abrió sus ojos mostrándose felices y a la vez sorprendidos. Extendió sus brazos a Dereck como un bebé, rodeando el cuello ajeno y sonrío cuando Dereck se acercó a su rostro. Pensó que lo iba a besar pero solo fue un beso de frente y ya.
—Te veías tan hermoso cuando eras mujer... —susurró contra el cuello de Keylan.
Keylan se apartó y todo rastro de felicidad desapareció de golpe, ahora solo mostraba uno lastimado y triste.
—¿Qué? ¿Ya no soy hermoso para ti si soy yo mismo? Un hombre...
Dereck se golpeo internamente, nunca había sido bueno en decir algo... bonito.
—¡No! Tu eres hermoso siendo chico o chica, no me importa... porque yo te amo a ti.
Los dos se miraron sorprendidos, ¿Dereck había confesado sus sentimientos?
—N-No quiero decir... que uhm... —Dereck trataba de encontrar una justificación del porque le había dicho eso a Keylan. Sus mejillas estaban poniéndose ligeramente con un rosa carmín. La vergüenza lo invadía.
—¿Me dijiste... Te amo? —pregunto Keylan queriendo escucharlo otra vez de ese hombre que lo enloquecía tanto.
Dereck hundió su cabeza entre el hueco de la curvatura del cuello y el hombro de Keylan. Oliendo su aroma.
—La verdad... no se que me pasa contigo. Solo... quiero estar contigo siempre, no quiero que nadie te toque ni te sonrían, tampoco quiero que tu le sonrisas a otros si no soy yo, no quiero que te dejes tocar por otros, no me importa si es un saludo de mano o de mejilla no quiero que lo hagas si así evitas que te toquen. Me enamora que uses bragas y solo las uses para mí. Me encanta verte, tocarte, acariciarte. Me gusta que me muestras expresiones que solo yo puedo ver de ti. No se cuando sentí la necesidad de protegerte, no se cuando mi corazón latía rápida y fuertemente cuando te veía o cuando simplemente me rozabas. Cuando te vi la primera vez solo pensé en hacerte mío y ese mismo día en que te conocí fui a tu habitación en la noche y yo... te quite la sabana, me sorprendí al ver que tenían unas bragas pero me calentaste más y ese fue el día en que me masturbe pensando y viendo tu cuerpo, me imaginaba que cosas podía hacerte, como podía hacer que cayeras ante mí. Cuando llego Cristian supe que tenía otra intenciones por el como te miraba, era la misma mirada con la que te veía yo. Y ahora entiendo de que se trataba. Era y es una mirada de enamorado. También supe que él fue tu primer beso y por eso tu padre lo mando a New York... para alejarlo de ti, para protegerte. Por eso puso a ese doctorcito para que te enseñara las clases de montar en vez de que te enseñara yo. Cristian le había contado sobre nosotros para que tu padre dejara de vigilarlo a él y así él podría tener el camino libre para acercarse a ti. Me arrepintió el haberte golpeado por una razón insignificante, nunca debí hacerlo, es solo que... estaba cegado por los celos. Aunque sabía que te habías caído por accidente encima de ese doctor. Estaba molesto al ver que no había sido yo el que te atrapará. Él te tocó y por eso perdí la cordura. Supe que me había enamorado de ti en ese entonces. Pero no quería admitirlo, tu puedes destruirme fácilmente, aunque tu no te des cuanta de eso. Te amo Keylan Elizondo, debí decírtelo hace mucho pero no tenía el valor suficiente para confesare mis sentimientos. ¿Y... Tú que sientes? —pregunto levantando su rostro para ver el de Keylan empapado por las lagrimas. Lo miro preocupado.
Antes de que Dereck pudiera decir algo, Keylan ya tenía sus brazos enredados en el cuello ajeno, dejando pequeños besitos en el rostro sonrojado de Dereck. Keylan pensaba que Dereck solo lo quería para follar y ya. Pero resulto que lo amaba.
—Yo también te amo, Dereck. ¡Te amo, te amo, te amo! —confesó Keylan, abrazando a Dereck fuertemente.
Los dos sentían su corazón en la mano, tenían tantas emociones juntas que no cabían. Y muchos sentimientos estaban uniéndose en los dos corazones. Keylan en definitiva ya no quería irse, tenía que convencer a su padre de que lo dejara quedarse ahí, con él. Y con Dereck, que este era la razón principal e importante del porque tenía que convencerlo.
Aunque sabía que iba ser inútil debía intentarlo. Por el amor que le tenía a Dereck.
Continuará...
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Deseo y Posesividad
Teen FictionEl joven Keylan Elizondo llega al rancho millonario de su familia, atrayendo las miradas al instante de los peones, ¿y quien no? Keylan tenía un cuerpo de infarto, pero no como el de un hombre, si no como el de una mujer, ese culo grande y bien par...