Capítulo 9: Búsqueda.
Hermione había pedido cartas de recomendación a McGonagall y Slughorn, siguiendo la sugerencia de Narcissa. Todavía no había ido a Mulpepper. Se sentía reacia a acercarse al mundo mágico en ese momento; incluso había cancelado la reunión que se suponía que tenía con McGonagall el lunes. Era ridículo. Ella pertenecía al mundo mágico. Era el único lugar donde verdaderamente se sentía como en casa.
Pero se imaginó que su primera aparición en el callejón Diagon daría lugar a infinidad de artículos de Rita Skeeter. Seguramente se acercaría a ella y le preguntaría cómo se sentía acerca de la muerte de Ron... Incluso podría llegar a acusarla de abandonar a Harry. Conociendo a Skeeter, se habría inventado historias sobre quién podría ser la persona a la que Hermione hubiera recurrido para aliviar su maltrecho corazón.
No, Hermione no estaba de humor para ver a nadie del mundo mágico.
Leyó la carta de McGonagall por tercera o cuarta vez aquella mañana. Le había llegado hacía unos días, justo después de cancelar la reunión, pero todavía no había escrito una respuesta.
Sra. Granger,
Por supuesto que estaría dispuesta a recomendarla a Damocles Belby como aprendiz. Admiro su ambición de seguir mejorando la igualdad para todos en el mundo de los magos. Estoy segura de que Remus Lupin habría apreciado sus esfuerzos.
Yo misma enseñé al Sr. Belby hace algunos años. Le puedo decir que él es un hombre con el que es difícil trabajar. Es brillante, pero tiene innumerables cambios de humor.
Si resulta que al final puede trabajar con él y no es lo que esperaba, siempre habrá un lugar en Hogwarts para usted. Le daría la bienvenida como personal docente, o si lo prefiere, como estudiante de séptimo año. El inicio de dichas gestiones, tanto para pedir trabajo como para matricularse, se abrirá en breve. Yo estaría encantada de tenerla a mi lado, si usted decide, de nuevo, hacer de Hogwarts su hogar.
Estoy profundamente triste por su pérdida. Si hay cualquier cosa que usted necesite, ya sabe dónde encontrarme.
Minerva McGonagall.
Observando la separación de los renglones, Hermione supo que la última línea se había añadido más tarde, ajustándola de alguna forma entre la invitación de la directora y su firma. Estaba segura de que las palabras de McGonagall eran sinceras. Conociendo a su antigua profesora como la conocía, podía imaginarla debatiéndose entre mencionar a Ron o no, decidiendo en el último minuto que sería conveniente, al menos, darle sus condolencias.
Hermione dobló la carta de nuevo y la metió en el sobre donde había llegado, sin intención de escribir una respuesta. Hogwarts se había convertido en su hogar, tanto como lo fue la casa en la que creció. En muchos sentidos, era incluso más que eso. Pero ella no se sentía con fuerzas para volver allí ahora mismo, como tampoco podía ir a casa de los Weasley. Había demasiados recuerdos. Demasiadas expectativas.
Conociendo a la señora Weasley, probablemente esperaría que Hermione estuviera sufriendo igual o incluso más que ella, y se alarmaría si supiera que había conseguido seguir adelante en tan poco tiempo. Los primeros días en los que tuvo que lidiar con la pérdida de Ron había podido imaginar a la señora Weasley decidiendo que era hora de empaquetar sus cosas por la fuerza y llevarla a la Madriguera, con 6 comidas al día y supervisión constante. O tal vez no. Molly había perdido tanto a Ron como a Fred en un corto periodo de tiempo. Tal vez ella no tuviera ganas de preocuparse de ella. Y sería comprensible.
El señor Weasley probablemente supiera que podía cuidar de sí misma. En cierto modo, el Señor Weasley siempre había parecido el más realista de la pareja en ese sentido, aunque sabía que ambos eran brillantes cuando actuaban en equipo.
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Mugglefied
Fanfiction"Por los crímenes cometidos contra el mundo mágico y el mundo muggle siendo usted aún un menor de edad, por la presente le sentencio a un año sin magia". Draco se levantó con rigidez, con las rodillas estiradas para ayudarlo a mantenerse en posición...