Capítulo 33: Aceptación.
Draco y Hermione caminaron juntos después del espectáculo, tomados del brazo. Había sido un buen espectáculo, aunque varias veces Draco había tenido que pedir aclaraciones sobre alguna que otra cosa muggle que escapaba a su conocimiento.
La pareja detrás de ellos les habían mandado a callar, aunque Hermione no pensaba que Draco hubiera formulado las preguntas lo suficientemente fuerte como para que les hubiera podido molestar, y sus propias respuestas habían sido susurradas, haciendo casi imposible que las hubieran oído. Puede que a aquella triste pareja simplemente no le gustara la cercanía de sus cabezas.
Draco se sentía más ligero de lo que se había sentido en mucho tiempo. Ya no tendría que volver a trabajar en el restaurante. Los libros podían tener algo de polvo, pero sin duda no iban a derramarle lasaña de otra persona por todo el cuerpo nunca más. Podía levantarse por la mañana, ir a la biblioteca y volver a casa por las tardes. Aparte de un sábado de vez en cuando que se le podía pedir que fuera a trabajar, ahora sí que tenía horas de trabajo normales. Las dos semanas en las que había trabajado a tiempo completo en la biblioteca y el restaurante habían sido agotadoras. Miró a la mujer que se agarraba a su brazo y una sonrisa se dibujó en su rostro. Sólo Salazar sabía lo que veía en él. No era el oro de su cámara en Gringotts, o su antigua herencia familiar. Tal vez fuera su buen aspecto, pero de alguna manera, ahora que había llegado a conocerla bien, sabía que su físico no habría sido suficiente para atraerla así. A ella simplemente le gustaba por ser él mismo, quienquiera que fuera llegados a ese punto. Todavía lo sorprendía a veces. Febrero casi había pasado. Sólo quedaban cinco meses más hasta que recuperara su magia. ¿Quién sería entonces? ¿A dónde iría?
Negó con la cabeza, tratando de imaginarse haciendo las tareas de la biblioteca a golpe de varita. Parecía ridículo, pero... ¿cómo podría entrar en una de las oficinas del Ministerio y pedir un trabajo después de todo esto? ¿Qué oficio le propondrían?
—¿Qué pasa? —preguntó Hermione en voz baja, rozando un dedo por su mejilla mientras caminaban—. Conozco esa mirada.
Él la acercó más. Estaban cerca de sus pisos.
—Sólo pensaba en el futuro.
—¿Sobre una pequeña parte de él, o sobre todo el universo?
Él se rió entre dientes.
—Bueno, puede sonar un poco egoísta, pero en realidad estaba pensando más en la línea del tiempo en la que me encuentro. —La miró de soslayo—. Me devolverán la magia en cinco meses —dijo en voz baja, aunque no había mucha gente pasando cerca de ellos que pudiera oírlo.
—Así es —confirmó ella.
Draco tomó aire y lo dejó escapar, y luego lo hizo otra vez antes de encontrar las palabras adecuadas.
—Después de todo lo que pasó... no sé cómo voy a encajar en el mundo mágico cuando regrese en pocos meses. No puedo volver a la mansión. No puedo. —Se estremeció.
—No tienes que volver a la mansión —dijo Hermione. Habían tenido esa conversación antes—. Podrías vivir conmigo. O podríamos mudarnos a otro lugar juntos. —Sabía que aquello sería un gran paso, pero con todo el tiempo que pasaban juntos ahora casi no parecía que fuera a ser un cambio notable.
—Lo sé. Y no estoy preocupado por eso. Vamos a estar bien. No importa lo que pase. —A veces le sorprendía que ahora le preocuparan cosas que antes no solían ni siquiera cruzársele por la mente. Nunca había estado en una relación seria antes de esto, con emociones tan fuertes como las que sentía. Era extraño sentir todas esas cosas juntas.
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Mugglefied
Fanfic"Por los crímenes cometidos contra el mundo mágico y el mundo muggle siendo usted aún un menor de edad, por la presente le sentencio a un año sin magia". Draco se levantó con rigidez, con las rodillas estiradas para ayudarlo a mantenerse en posición...