Astucia

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Capítulo 35: Astucia.

La vida fuera de los apartamentos de Draco y Hermione finalmente comenzó a tomar forma. La tienda de broma se abarrotó con los estudiantes de Hogwarts que hacían las últimas compras antes de volver a casa por las vacaciones de Semana Santa. Todavía no habían logrado perfeccionar el Espejo de llamada. El aprendizaje de Hermione iba progresando y ahora estaba haciendo los primeros lotes independientes de la poción Matalobos por su cuenta. Draco ya se había adaptado a su nuevo trabajo en la biblioteca, a pesar de que estaba empezando a temer los programas de verano que Theresa quería implantar. Le había dejado claro que quería que la ayudara con ellos. Le esperaba todo un verano rodeado de niños pequeños. Niños pequeños con dedos pegajosos que arrugarían, romperían o destruirían los libros de los que él era responsable.

O no. Él no tenía por qué trabajar más después del 31 de julio. Su sentencia habría acabado. Recuperaría su magia. Todo cambiaría.

Narcissa le había enviado una carta a Hermione con una nota para él. Francia seguía siendo maravillosa, ella se mantenía ocupada, y la llegada de la primavera la hacía pensar en el regreso de su hijo. Ella quería hacer una gran fiesta para celebrar la reapertura de la Mansión Malfoy y le pedía que le mandara una lista de amigos, ex compañeros de clase y personas aparte que él quisiera invitar.

Necesitó una gran fuerza de voluntad para doblar cuidadosamente la nota y dejarla a un lado en vez de arrugarla y tirarla a la basura.

—Ni siquiera estará en el país durante los próximos cuatro meses y ya está tratando de manipular mi vida de nuevo. —Resopló.

Hermione se dividía entre la diversión y la exasperación.

—Bueno, siempre la has dejado hacerlo. No tiene ninguna razón para pensar que en realidad podrías querer empezar a tomar tus propias decisiones y oponerte a sus planes.

—Pero es que efectivamente me opongo.

—Ella no lo sabe. —Se detuvo junto a la silla, frotándole los hombros por un momento antes de tomar su propio asiento—. ¿Cuáles son tus planes?

Draco suspiró, quitándose el pelo de la frente. Estaba dividido entre el deseo de hacer planes de inmediato para saber qué rumbo tomar ... y su (no nerviosismo, un Malfoy nunca estaba nervioso) aprehensión, que le hacía inclinarse a pasar los próximos meses como si nada fuera a cambiar, y simplemente tratar de lidiar con todo a medida que fuera ocurriendo. Tal vez estuviera cogiendo algunos malos hábitos de los Gryffindor. El Slytherin que había vivido en él habría trazado y planificado todo desde el principio.

—No lo sé. Burke y Caffrey dijeron que el 1 de Agosto volvería al Wizengammot. Si no encuentran ninguna violación de los términos de mi sentencia, deben darme mi magia de nuevo. Volvería a tener acceso a las cámaras de Gringotts de mi familia otra vez. En realidad no tendría que volver a trabajar.

—Pero tú quieres hacerlo, ¿verdad? No puedo imaginar pasar todo el día sin hacer nada.

Draco se encogió de hombros.

—Tener una razón para ponerse la ropa y salir de casa todos los días no es una mala idea, pero ¿dónde podría ir? Mi familia no está en la misma posición en la que estaba hace un año. No creo que el Ministerio me quiera para algo, ni siquiera para clasificar pergaminos. No estoy capacitado para ningún campo específico. No quiero iniciar un negocio. Lo único que sí sé es que quiero estar contigo y que no voy a mudarme de nuevo a la mansión. Todo lo demás puede esperar.

—Vas a tener que tomar una decisión, tarde o temprano —dijo ella con suavidad.

—Pero no en este momento.

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