Cortando lazos

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Capítulo 55: Cortando lazos.

Decidir actuar y barajar todas sus opciones le había llevado un tiempo, pero una vez que se había decidido resultó más fácil. Simplemente pidió una reunión con Theresa para cuando acabara su jornada laboral de aquel día, y aunque no creía que su rostro estuviera delatando nada, la expresión de preocupación en el rostro de su jefa decía lo contrario. Aun así, ella le dijo que fuera a su oficina a las cuatro y media y que uno de los voluntarios cubriera el escritorio. Draco se sintió un poco más ligero entonces.

Dirigió el grupo de lectura infantil ese día, poniendo voces divertidas y dando estrellas doradas a los niños. También atendió a una gran cantidad de jóvenes que echaban un vistazo a los libros que tenían interés en leer antes de que comenzara el período escolar. Beep... beep... beep... escaneando libro tras libro. Libros sobre caballos y libros sobre castillos. Varias copias de "Las ventajas de ser un marginado". Libros con ratones en la portada empuñando espadas.

Finalmente se sentó en la silla frente al escritorio de Theresa a las cuatro y media. Iba a extrañar ese lugar.

—Bueno, ¿de qué quieres hablarme? —preguntó Theresa. Se preguntaba si tenía problemas con alguno de los nuevos empleados o si estaba buscando un aumento. Había estado trabajando allí unos meses, aunque a su juicio era un poco pronto para pedir un aumento salarial.

Draco se armó de valor. Quería continuar su vida con Hermione y este era el siguiente paso que debía dar para conseguirlo.

—Theresa... Realmente aprecio la oportunidad que me has brindado en los últimos meses. Me doy cuenta de que no entré con mucha experiencia y realmente me tomaste bajo tu protección. Lamentablemente, tengo que comunicarte que mi novia y yo nos vamos a mudar y no voy a poder seguir trabajando aquí. Puedo quedarme hasta el final del mes y terminar el programa de lectura para niños, aunque si encuentras un reemplazo antes y necesitas que me vaya lo entenderé.

Hubo una pausa. Theresa no había esperado que la conversación tomara ese rumbo. Era posible que fuera una especie de maniobra para obtener mejores beneficios o condiciones de trabajo, pero parecía bastante confiado.

—¿No puedo hacer nada para que cambes de opinión?

Los pasos de Draco se sintieron ligeros cuando optó por tomar el camino largo a casa en lugar de aparecerse. Se detuvo para comprar flores y una botella de vino. El sol parecía un poco más brillante ese día.

Él y Hermione llegaron a casa casi al mismo tiempo; ella salió de la chimenea, él entró por la puerta. Parecía agotada y había una mancha de algo irreconocible en su mejilla. Ella sonrió con cansancio a través de la habitación cuando lo vio. Su trabajo habitual con Belby no había disminuido en lo más mínimo mientras se preparaba para su reunión en el bosque con los licántropos: había docenas de pociones que necesitaban preparar aparte de todo su trabajo habitual. Era importante llevar algunas pociones Matalobos, por supuesto, pero también una serie de pociones curativas. También había algunas medidas de protección que Belby recomendaba tomar: una poción que reduciría su fragancia para hacerlos parecer menos amenazantes había sido una de las sugerencias. Hermione nunca había pensado que podía oler diferente para ellos, pero como Belby se encargó de señalar, al parecer incluso el olor de su cuerpo recién lavado sería algo extraño para esa gente.

Se quedó viendo a su novio desde el otro lado de la habitación y una sonrisa cansada se extendió por su rostro.

—Te ves más alegre.

Él sonrió.

—Y tú te ves como si tu día hubiera sido un infierno.

—Nadie dijo que este aprendizaje fuera fácil —señaló. Colgó su bolso en el respaldo de la silla y se permitió caer en ella. Tenía más trabajo por hacer esa noche, pero podría esperar a que descansara un momento.

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