Cap. 5

2.8K 199 26
                                    


Noto que mi voz suena demasiado aguda, pero es por la emoción. Mi mente vuelve a divagar de nuevo, imaginándomelo en bañador. Tengo que parar mi pensamiento, Matt me mira con cara de no entender nada, levantando de nuevo una de esas increíbles cejas con ese gesto que me vuelve loca. Entre el pensamiento de antes y la imagen de ahora noto que empiezo a tener cada vez más calor, cojo la goma del pelo que llevo siempre en la muñeca y me hago una coleta rápida dejándome algunos mechones sueltos delante, ahora mismo creo que podrían cocinar la comida encima de mi pecho en vez de en una sartén, no sé qué me pasa, bueno, sí lo sé, pero no entiendo que me pase esto ahora tan de repente y con una persona que apenas conozco. Bebo un par de tragos de mi refresco y me doy aire con el abanico que llevo en el bolso, echando la cabeza hacia atrás y suspirando.

Cuando por fin se me ha pasado un poco le miro, no sé qué le pasa, tiene las pupilas dilatas, me mira de una forma extraña, como si estuviese excitado, con deseo en la mirada. Emma, por favor, no seas estúpida, este hombre jamás se fijaría en ti, está demasiado bueno para ti, solo son imaginaciones tuyas. Me río por mi estúpido pensamiento, no soy una chica fea, soy alta, delgada y tengo una cara más o menos bonita. Cuando salgo de fiesta y me arreglo suelo ligar, eso es verdad, pero tengo los ojos demasiado grandes para mi cara y la piel demasiado blanca para poderle resultar atractiva a un hombre así, no debo pretender alcanzar la luna, fíjate en los mortales y no en un Dios griego.

Matt se retuerce en su silla, ¿y si no son imaginaciones mías? Pega un largo trago de su refresco y empieza a carraspear con la garganta, noto que está nervioso, eso es extraño en él.

Cuando acabamos de comer salimos del restaurante y nos vamos a pasear por la playa, ya no hay casi gente y se puede pasear cómodamente. Las horas pasan y casi no me doy ni cuenta, estamos hablando de cosas generales de nuestras vidas, Matt me pregunta por mi familia, yo a él por su carrera, me resulta curioso que estudiara medioambientales pero haya acabado de bombero. Me mira contento mientras yo le explico mi enorme familia, solo somos dos hermanas, pero tengo multitud de primas y primos con los que me he criado y a los que estoy muy unida.

_ ¿Tienes solo una hermana?

_ Sí, mayor que yo, ya está casada. ¿Tú?

_ Cuatro hermanos, todos chicos, tres mayores y uno pequeño.

Me quedo atónita, cuatro hermanos, y todos chicos, qué locura de casa.

_ Todos chicos, ese sería el sueño de mi padre -me río ante la idea-. En mi familia hay una especie de maldición que se rompió hace muy poco, en más de 30 años no nació ningún chiquillo, solo una chica tras otra.

_ En mi familia es justo lo contrario, somos cinco hermanos y mis tres sobrinos han salido chicos.

_ ¿Eres tío?

Una sonrisa se me dibuja en el rostro al imaginármelo con sus sobrinos jugando, supongo que será el instinto maternal que ya se me está despertando con la edad, aunque en lo último que pienso en estos momentos de mi vida es en tener hijos. Además, para qué negarlo, los niños son como un uniforme, un hombre cuidando a niños es tremendamente sexy. De repente pienso en Matt con el uniforme de bombero salvando un niño, buena mezcla... No puedo evitar ponerme a reír por la idea mientras me mira raro, tiene que pensar que soy medio retrasada, me paso la vida embobada imaginándome escenas subidas de tono de este maravilloso hombre que tengo a mi lado. Con la cabeza me hace un gesto de pregunta que hace que vuelva a la tierra, ¿de qué estábamos hablando?A sí, de sobrinos, me estará preguntando si yo tengo.

_ Pues yo tengo ocho sobrinos, cinco niñas y tres niños, ellos rompieron la maldición.

_ ¿Una hermana y ocho sobrinos? ¿Pero cuántos años tiene? Ocho por parte de tu hermana y once tuyos, menos mal que son ilegítimos.

El viaje de toda mi vida -COMPLETADA -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora