Cap. 28

2.2K 165 42
                                    



Me despierto con una sonrisa de oreja a oreja en la cara, noto que alguien me abraza por la espalda, pero sé perfectamente quién es, es ya el segundo día que despierto aquí, en su cama. Me giro y veo a Matt dormido, tiene una respiración regular y fuerte, noto que de vez en cuando suelta suspiros de lo a gusto que duerme. A nuestros pies está Tragón, supongo que entró al cuarto mientras dormíamos, ayer descubrí que el muy listo sabe abrir las puertas. Me quedo unos minutos mirando a Matt, no me puedo creer que una persona pueda ser tan atractiva incluso durmiendo.

Me muevo para levantarme y cambia de postura, ahora está boca arriba, puedo ver como ese increíble pecho sube y baja, ese torso tan trabajado y perfecto.

_ Emma.

Levanto la vista creyendo que ya se ha despertado pero descubro que todavía está dormido.

_ Emma, quédate.

Le miro con cara triste, está hablando en sueños, y encima está soñando conmigo. Me duele pensar lo poco que me queda ya aquí, en tres días me voy, en tres días esta preciosa historia acabará. Muevo la cabeza de un lado a otro para quitarme la idea de la cabeza, no puedo estar triste, tengo que aprovechar el momento todo lo que pueda, al fin y al cabo ambos sabíamos que esto era una relación de poco tiempo, que quisiéramos o no en unos días acabaría. Pero solo tres días... en tres días me iré de aquí y dejaré de verle, de escuchar su risa grave, de dejar de sentir sus abrazos, perderé los paseos que damos junto a Tragón por la playa, las tarde con sus amigos riéndonos, sus besos... va a ser duro, pero es lo que hay.

Decido que lo mejor es darme una ducha para así olvidarme de todas estas ideas que me martillean la cabeza una y otra vez hasta el punto que creo que me voy a volver loca. Me meto bajo el chorro de agua caliente, pocas cosas hay que relajen tanto como esto. Empiezo a pensar, ¿y si me quedo? Sé que es una locura, pero me gustaría. Por un momento pienso en mi familia, en mis amigas, Jose... ¿voy a renunciar a todo eso? En mi ciudad me estaba haciendo un hueco ya, vale que todo lo que había conseguido ha sido a raíz de becas, pero todos me han dicho siempre que habían quedado encantados conmigo y mi trabajo, que si salía alguna plaza estaría la primera en la lista y que siempre que buscara referencias les llamara que me las darían. Aquí tendría que empezar de cero, pero en este pueblo hay bastante arte, hay muchas galerías, escuelas e incluso un museo bastante grande. Pero claro, también habrá mucha gente aquí relacionada con este mundo por lo que no será tan sencillo, además, yo estoy especializada en restauración...

Pensando seriamente en los pros y los contras de quedarme o irme noto algo que me toca la espalda, no puedo evitar pegar un saltito por la impresión, estaba muy concentrada en mis pensamientos.

_ Buenos días nena.

_ Buenos días bombero, me has asustado.

Se ríe por mi comentario mientras me abraza por la espalda, su piel me da todavía más calor que el agua que me cae por el cuerpo. No puedo evitar taparme un poco encorvando el cuerpo y tapándome con las manos algunas partes, sé que es una tontería, pero me da un poco de pudor sentirme tan expuesta en estos momentos.

_ ¿Tienes vergüenza? -me pregunta con voz divertida mientras posa sus manos en mi estómago-. No puedes ser tan dulce, es imposible.

No puedo evitar ponerme roja por su comentario, me encanta esto, tiene sus labios pegados a mi oreja y cuando habla puedo sentir su aliento, noto que baja un poco y me empieza a dar pequeños besos bajando por el cuello, esto tendría que estar prohibido de lo maravilloso que es.

El viaje de toda mi vida -COMPLETADA -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora