El viaje de toda mi vida -COMPLETADA -

Cap. 24

Decidimos salir de casa ya, Matt me quiere llevar a un sitio, que como siempre es sorpresa, protestaría pero ahora mismo estoy tan feliz que no me nace, solo puedo pensar en lo que ha pasado hace unas pocas hora y la comida en el jardín tan agradable que hemos tenido. Nos subimos al coche hacia el desconocido lugar, lo único que sé es que volveremos tarde, Matt me ha dicho que cogiera algo de abrigo.

_ ¿Mañana podemos ir a algún sitio donde se pueda venir Tragón? Me rompe el corazón dejarlo en tu casa con esa carita tan triste.

_ Es todo teatro, es un gran actor -me río por el comentario-. Me encanta que te gusten tanto los animales, y más todavía mi perro.

_ Son lo más puro que hay en el mundo, además, tu perro es uno de los animales más bonitos y cariñosos que he conocido en mi vida, es imposible no quererle.

_ Esto no es justo, tendrás que ir sacando algún defecto, no puedes ser tan perfecta, no es justo.

_ Ya has ido conmigo a un par de museos -le contesto riendo-.

_ Eso es maravilloso, no es ningún defecto, justo lo contrario.

_Pues entonces te digo a ti lo mismo, muestra tú alguno.

_ Ya has conocido a Cubbins.

Estallo a reír a carcajada limpia mientras niego con la cabeza, pobre Cubbins, a mí me cae muy bien, pero al pobre no le entienden. Seguimos todo el camino hablando de mil cosas, Matt tiene la mano cogiéndome la mía mientras con la otra lleva el volante, solo me suelta para cambiar de marchas de vez en cuando.

Llegamos al sitio en concreto, nada más parar el coche Matt se me acerca y me da un beso de película, según él porque llevaba todo el trayecto deseando hacerlo, no puedo evitar que me sigan temblando las piernas cada vez que me besa, ¿cuánto va a durar esto?

Empezamos a andar los dos cogidos, el sitio es muy bonito, es un grupo de islotes rocosos, según las indicaciones el sitio se llama Land's End, estoy en finisterre.

_ Mira, ¿ves esa zona de ahí? -asiento, aunque solo se ve mar-. Ahí es donde estaba el país de Lyonesse, donde estaba Camelot, aunque tú no te quieras creer la historia del rey Arturo.

Me hecho a reír a carcajada limpia, no se puede ser más dulce, ¿todavía continua con eso?

_ Si tú quieres creer en eso me parece perfecto, ahí estaba Camelot.

Le doy un beso y continuamos andando, aunque es un poco complicado pasear así, me esta abrazando por la espalda, pero ahora mismo soy feliz así. Se me hace raro, mi ex nunca mostraba afecto en público, según él eso era indecente, sin embargo a Matt no le importa lo que pueda pensar nadie, me besa y abraza aunque haya gente delante, sin llegar a ser obsceno, claro está, pero por ahora tampoco hemos llegado a nada que pueda parecerlo. Por un momento recuerdo que me estoy quedando en su casa, me pongo nerviosa al pensar que vamos a dormir en la misma casa, con una habitación en frente de la otra, aunque a lo mejor no, a lo mejor dormimos en la misma, no sería nada extraño. Se me empieza a acelerar la respiración, tenerlo tan cerca me pone nerviosa, y si pienso en lo de esta noche más todavía. Vamos los dos paseando como dos niños, creo que ninguno de los dos se puede quitar la sonrisa de la cara, llevo esa sonrisa bobalicona desde hace ya varias horas, solo la quito cuando tengo que tragar saliva por mis lujuriosos pensamientos, ¿pero qué le voy a hacer? Este hombre está muy bueno, mi cabeza divaga y no paro de imaginarme lo que va a pasar esta noche. Empiezo a pensar en lo que voy a hacer, en estos momentos solo me falta un angelito en un hombro y el demonio en el otro, como pasa en las películas y dibujos animados, ¿qué voy a hacer? ¿me lanzo o no? Querer quiero, Matt es un dios griego en toda regla, estoy segura de que es el hombre más atractivo que he conocido nunca, pero al fin y al cabo casi no nos conocemos, ¿me voy a meter en la cama de un hombre que conozco desde hace menos de dos semanas? Decido que no, tengo que esperar un poco a conocerlo mejor, aunque tampoco voy a tener mucho tiempo para conocerle más, pero vamos Emma, ¿llevas cuánto con él?, ¿tres horas? ¿En tres horas de relación ya estás pensando en sexo? Eso es obsesivo.