Cap. 8

2.1K 163 20
                                    



_ ¿Podrías ponerme en la espalda? Es que no llego.

Asiento y le cojo el bote, el se gira y me quedo mirando su impresionante espalda, ancha y fuerte. Comienzo a expandirle la crema con sumo cuidado y lentitud, noto que casi no puedo ni respirar ahora mismo, de hecho, creo que estoy casi apunto de tener un orgasmo por el simple hecho de tocarle esa increíblemente sexi espalda que tiene. Voy esparciendo con sumo cuidado la crema en círculos , es impresionante lo fuerte que esta. Me fijo en sus brazos, con los tendones marcados cada vez que los flexiona, yo me quedo mirándole embobada y disfrutando enormemente del momento. Por un segundo me imagino poniéndole la crema en su torso, entre cada uno de esos abdominales tan marcados, en los pectorales acariciando su vello, se me acaba de poner la piel de gallina de pensarlo. Tiene los músculos fuertes, pero su piel es suave, más de lo que pensaba, suave y cálida. Tardo más de lo normal en expandirle la crema, pero es que no quería que acabara el momento nunca.

Se gira y se ofrece a hacer lo mismo conmigo, acepto y le doy mi bote de crema, me giro con dificultad, tengo las piernas cerradas porque ahora mismo para mi desgracia estoy tremendamente excitada. Me alegra ser mujer, si fuera hombre sería muy evidente como estoy. Noto que me aparta el pelo a un lado, ni había caído en eso, el roce de sus dedos en mi cuello hace que un escalofrío recorra todo mi cuerpo. Decido jugar un poco y me quito la parte de arriba del bikini, sujetándolo con los brazos sobre los pechos, noto que se queda quieto por un momento, desde su punto de vista puede ver el inicio de mis senos, sonrío al ver que no aparta la vista de ahí, aunque no se ve nada. Comienza a ponerme la crema y otra descarga eléctrica vuelve a recorrer todo mi cuerpo, esta vez todavía más fuerte, de arriba a abajo, hasta cierta zona que no debería de sentirlo, pero es inevitable. Matt va poniéndome crema mientras me da un masaje, esto tendría que estar prohibido, es demasiado bueno.

_ Tienes los hombros muy cargados, túmbate.

Me tumbo y empieza  a darme un masaje, ¿esto va en serio? No puedo evitar que se me escape un pequeño gruñido de placer, se le da muy bien.

_ ¿Llevas alguna pinza del pelo o goma o algo?

Saco de mi enorme bolsa una pinza y me la pongo con cuidado para que no se me vea nada, voy sin la parte de arriba del bikini todavía.

_ ¿Donde aprendiste a dar masajes así?

_ Mi madre es fisioterapeuta, me enseñó de crío, era un niño un poco solitario y cuando salía del colegio iba a su gabinete. ¿Quieres que te quite los nudos? No los fuertes, yo no soy profesional.

Acepto, cualquier cosa porque siga tocándome, esto es tan bueno que tendría que estar prohibido. Giro la cara y veo las dos chicas de antes que siguen mirándonos, tienen una cara de envidia que no pueden con ellas mismas. Matt va masajeando mi espalda con sus grandes y fuertes manos, sabe justo donde tocar, es curioso como un hombre tan fuerte puede tener unas manos tan suaves, no hace nada de daño, recuerdo el último masaje que me intentó dar Jose, a los 30 segundo desistí por lo muchísimo que apretaba y el daño que me hacía. No sé cuánto tiempo pasa cuando acaba, solo sé que estoy en el cielo, flotando en el aire por la paz, el bienestar y por qué voy a negarlo, creo que acabo de tener lo más parecido a un orgasmo que se puede conseguir sin sexo.

_ Un minuto más...

Matt se ríe y continua, pero bastante más de un minuto, es increíble. Al acabar, pero esta vez de verdad, me dice que si vamos a bañarnos y acepto encantada. Me sorprende ver que guarda las cosas en un cajón que hay debajo de la tumbona, es una especie de caja con cerradura, nunca lo había visto, es una gran idea, así no te pueden robar. Se cuelga la llave al cuello y nos metemos en el mar, me sorprende ver que no me duele ni la espalda ni el cuello, este chico es tan perfecto que hasta sabe dar masajes.

Entramos en el mar y empezamos a jugar con el agua, yo intento hacer que se hunda, pero es imposible, es demasiado fuerte para mí, incluso he llegado a subirme a él por la espalda pero lo único que he conseguido es que él se agache y he acabado yo dentro en vez de él. Matt se ríe a carcajada limpia mientras me aparto el pelo mojado de la cara.

_ Ahora verás.

Me tiro encima de él pero vuelvo a no conseguir nada, sin embargo, él de un giro, me coge en brazos y me lanza por los aires para volver a acabar hundida.

_ Eres un abusón, ¿lo sabías? Qué menos que dejar que te hunda, aunque solo sea por ser un caballero.

Intento tirarle una y otra vez pero todas son en vano, eso sí, gracias al juego he conseguido tocar en más de una ocasión ese increíble cuerpo suyo y ese sabroso culo.
Seguimos jugando a lanzarnos agua y perseguirnos hasta que empezamos a arrugarnos, he descubierto que aunque él es más fuerte yo nado más rápido, supongo que yo tengo menos peso que mover.

Volvemos a nuestras tumbonas y yo vuelvo a ponerme más crema en los brazos y las piernas, a lo que él se ríe.

_ Si no lo hago acabaré roja como un tomate.

_ Pero si es de un factor de protección muy alto, parece pintura de pared más que crema. Pero bueno, eres muy blanca y tienes muchas pecas, debes protegerte.

_ Tampoco tengo tantas pecas.

_ Unas cuantas, pero siempre me han parecido muy sexis.

Me río avergonzada, debo admitir que sí que tengo muchas, supongo que no me ha rebatido por no ser descortés, es muy educado.

Nos ponemos a tomar el sol un rato, aunque sé que no voy a coger color, nunca lo he conseguido, yo paso de blanco polar a rojo tomate, no tengo término medio.

_ Me resulta curioso tu tono de piel, pensé que las españolas son morenas, con el pelo negro y los ojos oscuros.

_ Y yo soy medio rubia, con la piel clara y los ojos azules. Mi hermana sí que es muy morena.

_ ¿Medio rubia?

_ Soy castaña clara, de pequeña era rubia con tirabuzones. Ahora voy tintada, si no todo el mundo me toma por una guiri y me habla en inglés.

Matt se ríe por el comentario. Me tumbo boca abajo y me vuelvo a quitar la parte de arriba, por un momento pienso en girarme, pero aquí se ve que no es costumbre hacer topless, en mi ciudad lo hace prácticamente todo el mundo, además, me daría vergüenza con él al lado. 

_ ¡Matt!

Levanto la vista y veo a una pareja de unos 30 años, parecen amigos de Matt porque él se levanta a saludarles. De golpe llegan dos niñas y se tiran encima de él a abrazarle, yo me vuelvo a abrochar corriendo la parte de arriba, menos mal que al final no me he girado.


******************

Bueno, aquí estoy de nuevo, ¡por fin se acabaron los exámenes! Muchas gracias por el apoyo y los ánimos.

Como veis lo prometido es deuda y por la vuelta voy a hacer maratón, tres días seguidos con capítulo, espero que os guste.

Muchas gracias por leer y espero con ganas leer vuestros comentarios, me alegran el día.

******************

El viaje de toda mi vida -COMPLETADA -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora