El viaje de toda mi vida -COMPLETADA -

Cap. 38

Me acabo de arreglar el pelo, con un recogido sencillo que tapa las puntas de colores ya que no pegan con el vestido, con el flequillo echado a un poco de lado. El maquillaje me pinto los labios de rojo, a juego con el vestido, el resto he decidido dejarlo más natural, solo me he aplicado la base, un eye-liner fino, máscara de pestañas y un poco de colorete, pero casi ni se nota el rubor, el maquillaje justo para no estar muy pálida. Escucho a Matt en la parte de abajo de la casa, supongo que él ya estará listo, pero es normal, para un hombre es mucho más fácil y rápido arreglarse. Se oyen sonidos como de disparos y cosas así, está jugando a un videojuego de estos de guerra, a mí es algo que nunca me ha interesado, pero a él le encanta su play o x-box o lo que sea que juegue. El otro día estuvimos jugando los dos, pero yo soy una negada para esas cosas y enseguida me ganaba, pero pasamos un rato divertido los dos juntos en el sofá. Él estuvo todo el rato riéndose de mí, pero para mí era difícil habían demasiados botones y yo no conseguía atinar con todos, si miraba el mando para ver qué botón tocar no podía mirar la pantalla y me mataban, pero si miraba la pantalla no sabía qué botón estaba apretando. Al final acabé optando por mirar la pantalla y darle a todas partes a la vez, haciendo que mi personaje fuera por donde no debiera, le mataran enseguida o incluso matara yo a Matt, lo que le molestaba (aunque creo que le hacía más gracia que otra cosa) porque según él me decía que éramos compañeros de compañía y no contrincantes, a lo que le respondí que nunca he sido buena en los deportes en equipo.

Me pongo los zapatos de tacón y cojo el clutch del mismo color para guardar el móvil, un paquete de pañuelos de papel (por si acaso) y el pintalabios, no me hace falta nada más. Decido bajar, ya estoy preparada, me miro por última vez al espejo y me gusta el resultado, pero el mérito es de Emily, este vestido es maravilloso. Pego un fuerte suspiro mientras doy un par de vueltas lentas para ver el modelo desde todos los lados. Bajo con cuidado por las escaleras, estoy nerviosa, cuando ya llego casi al final levanto la vista y le veo, m está esperando al final de la escalera. ¡Dios mío! Va con un esmoquin negro y pajarita, con una impecable camisa blanca, me quedo alucinada al ver que se ha afeitado, está increíble, jamás me imaginé que alguien pudiera estar tan elegante en la vida real, perece una estrella de Hollywood de los años 50, de esas que acompañaban a Audrey Hepburn y Marilyn Monroe.

Bajo los pocos escalones que me faltan mientras veo que me mira con una sonrisa de oreja a oreja que consigue sonrojarme, no sabía que pudiera ponerme así de nerviosa con solo mirarme. Pero es normal mi reacción, es imposible no trastornarme con esa mirada, está tan llena de vida, de... de amor.

_ Estás... no tengo palabras para describirte, en serio, estás preciosa, pareces salida de un sueño.

Noto que le cuesta que le salgan las palabras, lo cuál hace que me de un vuelco el estómago. Me acerco y le acaricio la mejilla, me sorprende verlo sin barba, es la primera vez que le veo así.

_ ¿Te gusta más así?

_ No lo sé, me cuesta decidirme cómo me pareces más guapo, es difícil.

_ No te preocupes, dentro de tres o cuatro días voy a estar como siempre.

Sonrío pero a los pocos segundos nos damos cuenta ambos de una cosa, en tres o cuatro días yo ya no estaré aquí, no puedo evitar que me entren ganas de llorar. Matt me coge de la cintura y me da un beso, un beso desesperado, supongo que estará pensando lo mismo que yo, voy a anhelar esto, estar entre sus brazos, sus caricias, sus besos, sus palabras... voy a anhelarle a él.

Nos separamos y sonrío porque tiene un poco de pintalabios rojo, se lo quito con los dedos y al acabar paso mi mano por su barbilla, me encanta su barbilla.

_ Lo bueno de ir sin barba es que se te nota el hoyuelo.

_ Por eso suelo llevarla, no me gusta.