Die young! (Niall Horan)

La noche de Halloween de verano

La intensidad de la mirada de Niall todavía permanece en la retina de Sam. La castaña no puede creer que él la haya llevado hasta su casa acuestas, con algún que otro descanso en el camino. Sammy agradece que no se hayan encontrado a nadie, así aquel favor ha quedado entre ellos dos. También el pequeño beso en la mejilla cuando la ha depositado sobre el suelo, en el escalón de la puerta de entrada de su casa.

¿Así es como se siente el vacío? Porque sin él, Sammy siente que el tiempo pasa sin nada que lo llene de la forma que ella quiere. Y tan sólo ha pasado un día. Bueno, realmente han sido menos de 24 horas.

Ella sabe que está perdida. Pero le encanta esa sensación. Prefiere sentir dolor cuando Niall se vaya, a no haber sentido nada en absoluto durante un mes.

Ahora se encuentra en lo más alto, en la cima del mundo. Ya caerá después, pero de momento sigue en pie.

El tono de llamada de su móvil la saca de sus pensamientos. Pega un respingo en su silla de escritorio y rebusca en su bolso, mientras la música que escuchan sus oídos pone automáticamente una sonrisa en su rostro.

*Where is my heart, girl, where is my heart? Did you throw it in a blender or throw it beneath a car? Did you give it to a doctor to dissect apart? I'm not joking anymore girl, Where is my heart?*1

Pulsa el botón verde y se coloca el aparato en la oreja a la vez que da un pequeño saltito, pues no puede evitar sentir ganas de bailar cada vez que escucha esa canción.

-¿Te he despertado? – La voz armoniosa de Penni resuena al otro lado de la línea.

-Afortunadamente para ti, no – ríe Sam.

-¡Bien! Porque Luke nos acaba de invitar a una noche de miedo.

-¿Que qué de qué? – Sammy cierra los ojos y pone una mueca divertida.

-Como lo oyes, hace unos días los chicos descubrieron una especie de cueva a las afueras del pueblo y quieren ir esta noche. Algo así como la noche de Halloween de verano.

-Qué locos. Será seguro, ¿no?

Penni ríe.

-¿De verdad crees que Luke nos lo habría dicho si no supiera que no nos iba a pasar absolutamente nada?

Sammy sonríe. Su amiga tiene razón, a veces Luke es peor que un padre sobreprotector.

-Quiero decir, ¿no nos caerá un pedrusco ni nada parecido?

-Lo único que puede pasar es que nos peguen un susto – ríe Penni.

-¡Me apunto!

-Guay, ¿qué tal llegaste anoche?

Se hace un silencio ligeramente largo y al otro lado de la línea Penni se separa el teléfono del oído y comprueba que la llamada no se ha cortado. Simplemente, Sammy sabe que tendría que haberle contado todo nada más descolgar. La va a matar. Bueno, sólo un poquito.

-Volví con Niall – comenta Sam como avanzadilla.

-¿Sí? Genial, ¿qué pasó? – Dice Penni con alegría y curiosidad en la voz.

-Me hice daño en el pie…

-Vaya, pobre – corta la rubia a la castaña.

-Y me quedé a dormir en su casa – Sammy suelta todo eso de un tirón, con rapidez, y espera con temor la reacción de su amiga.

-Espera, ¿qué? ¿En casa de Niall?

-Sí… no podía volver andando con el pie así, se me rompió un tacón, ellos tenían el coche en el taller, y llamaron a mi madre y ya sabes cómo es…