Fairgreen Shopping Centre

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En cuanto Sammy cuelga el teléfono alguien llama a la puerta. Su madre abre, pero inmediatamente después grita su nombre. La castaña baja las escaleras, excepto el último escalón, en el cual permanece. El chico se acerca a ella y la mira a los ojos, levantando ligeramente la cabeza hacia arriba.

-Nos vamos al centro comercial – dice Niall.

-Que os lo paséis bien – responde ella, que tiene la cabeza en otra parte, concretamente en la conversación que acaba de tener con Penni.

Niall ríe.

-No me has entendido. Nos vamos. – Dice haciendo hincapié en la palabra “nos” – Nosotros dos.

-¿Qué?

-Venga, te vendrá bien. Llevas dos días pendiente de Penni, no la dejas ni respirar. En el fondo esto lo hago por tu bien, si no, te acabará odiando.

Sammy sonríe tristemente.

-Pero no puedo salir por ahí a divertirme mientras ella está encerrada en casa.

-En eso te equivocas – dice Niall cogiéndole de la mano. Tira de ella y Sammy, ingenuamente, le sigue hasta la puerta. Él abre la puerta y ella rápidamente se suelta. – Ves como sí que puedes.

-Estás tonto, ¡que no me he vestido! Cierra ahora mismo – y se aparta del umbral de la puerta.

El rubio ríe y obedece.

-Pues yo no veo que estés desnuda, así que ropa llevas – comenta él.

-Pero una ropa horrorosa – ella baja la cabeza y dirige su mirada a la enorme camiseta desgastada y vieja que tapa por completo los pantalones cortos que lleva – no me tendrías que haber visto así.

-En eso estamos de acuerdo, estarías mucho mejor desnuda – Niall sonríe y se pasa la lengua por los dientes superiores del lado izquierdo de su mandíbula. Y consigue lo que se propone, que Sammy se ponga roja.

-Me voy a cambiar – dice dando media vuelta y subiendo unos cuantos escalones. Entonces se percata de que Niall la está siguiendo y gira sobre sus talones. – Ah, no, tú te quedas aquí.

-¿No puedo ir a tu cuarto? Va, por fi, prometo que no miraré mucho cuando te cambies – dice Niall poniendo voz de niño pequeño.

-¿Pero tú te estás oyendo? ¿Qué te parecería a ti que yo te dijera semejante barbaridad? – Exclama Sammy totalmente avergonzada por el desparpajo de él.

-Me parecería estupendo – suelta Niall.

-No sé ni para qué pregunto – Sammy se gira y continúa subiendo las escaleras. Cuando llega al piso de arriba comienza a correr porque Niall la está siguiendo y no quiere que se meta en su cuarto, y mucho menos que vea semejante leonera.

Sam consigue meterse dentro de la habitación, pero cuando ya casi ha cerrado la puerta un pie impide que la hoja de madera se siga moviendo.

-No, Niall, para – chilla Sammy mientras el aludido se carcajea y apoya una mano en la puerta. Forcejean durante unos segundos ya que Sammy tiene bastante más fuerza de la que Niall se esperaba.

-Si me das un beso te dejo cambiarte tranquila – propone el rubio como tregua.

Sammy lo mira con recelo, pero finalmente se fía de él. Ella abre un poco más la puerta y ambos acercan sus caras. Sam se separa tras rozar levemente los labios del rubio, pero este le coge la cara con ambas manos y alarga el beso todo lo que puede.

-No tardaré mucho – asegura Sammy, la cual aprovecha que Niall está todavía un poco aturdido para cerrarle la puerta en las narices.

Die young! (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora